MADRID.- Ocho de los detenidos anoche en Madrid
durante las protestas contra los recortes aprobados por el Gobierno se
encuentran este sábado prestando declaración en la Brigada de
Información de la Policía y previsiblemente pasarán este domingo por la
mañana a disposición judicial, han informado hoy fuentes
policiales.
El noveno detenido se encuentra custodiado por la Policía en el
hospital, ya que tiene un brazo roto. Tras tomarle declaración los
agentes, previsiblemente saldrá en libertad, según las mismas fuentes.
Todos ellos son españoles, con edades comprendidas entre los 25 y
los 57 años, y están acusados de atentado a la autoridad, aunque ninguno
tiene antecedentes penales, excepto uno, supuesto miembro de la banda
latina Dominican Don't Play, sobre el que pesan antecedentes por
lesiones.
A la Policía tampoco le consta que sean elementos activos de
movimientos radicales o antisistema, según detallaron las
mismas fuentes.
Condena de Manglano
El consejero de Economía y Hacienda de la
Comunidad de Madrid, Percival Manglano, ha condenado con "absoluta
rotundidad" en nombre del Gobierno de la Comunidad de Madrid el "ataque y
la coacción" que sufrió anoche la delegada del Gobierno, Cristina
Cifuentes, durante la protestas contra las medidas anunciadas por el
Gobierno central.
Manglano ha declarado que "no es posible
que una delegada del Gobierno ande por la calle y se vea obligada a
refugiarse en un local porque está siendo escupida y agredida por
manifestantes que dicen que representan al pueblo".
En este sentido, el consejero ha señalado que "el pueblo español no se caracteriza por arreglar sus diferencias escupiendo y agrediendo a las personas" y ha calificado estas prácticas de "absolutamente condenables y salvajes".
"Por supuesto que hay que respetar la libertad de expresión y manifestación, pero nunca prácticas de este tipo", ha sentenciado Manglano.
En este sentido, el consejero ha señalado que "el pueblo español no se caracteriza por arreglar sus diferencias escupiendo y agrediendo a las personas" y ha calificado estas prácticas de "absolutamente condenables y salvajes".
"Por supuesto que hay que respetar la libertad de expresión y manifestación, pero nunca prácticas de este tipo", ha sentenciado Manglano.
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