BUCAREST.- Rumanía cuenta con los salarios más bajos de toda la Unión Europea
(UE), lo que beneficia a las empresas por el bajo coste de la mano de
obra, pero complica la vida de millones de ciudadanos que subsisten con
unos pocos cientos de euros al mes.
De acuerdo a las estadísticas de la Unión Europea (UE), un 22,2 % de la población rumana se encuentra bajo el umbral de la pobreza, mientras que 3 de los 18,5 millones de rumanos cuentan con una renta mensual inferior a los 400 lei, ni siquiera 100 euros.
Rumanía, país miembro de la Unión Europea (UE) desde 2007, se encuentra bajo una economía de libre mercado feroz que ha provocado la nostalgia de muchos de la época comunista.
"En el comunismo uno se permitía disfrutar de unas vacaciones en las playas del Mar Negro, ahora ni tan siquiera podemos ahorrar, sino más bien seguir aceptando los paquetes de comida que nos envían nuestros padres", asegura la joven.
Un 60 % de la población rumana asegura que se vivía mejor bajo el comunismo desde el punto de vista económico, según se desprende de un sondeo del Instituto de Investigación de los Crímenes del Comunismo (IICCMER), realizado en mayo de 2011.
Se trata de una nostalgia por un pasado en el que todos eran pobres aunque el Estado proveía al menos servicios básicos.
Rumanía cuenta hoy con el salario mínimo más bajo de la UE, con apenas 700 lei (158 euros), empatado sólo con su vecino Bulgaria.
"Se paga tan poco porque la mayoría de los trabajos no requieren calificación alguna y presentan una actividad que genera poca productividad", explica el analista Cristian Orgonas.
El experto precisa que la clase de trabajo depende del empresario y no del asalariado: "Las multinacionales transfieren a Rumanía una actividad de trabajo intensivo, pocas veces se puede ver una línea de producción automatizada".
Según un estudio publicado por la oficina de Estadística de la UE (Eurostat) en 2011, dos tercios de la población rumana se dedican a trabajos que carecen de una calificación específica.
Los trabajadores calificados rondan el 23,1 % en el país balcánico cuando la media europea está en el 39,1 %, con Alemania y Francia a la cabeza con 44 % y 43 %, respectivamente.
La economía sumergida está muy extendida en el país balcánico y podría equivaler a la mitad del Producto Interior Bruto (PIB), estiman expertos locales.
Ante la presión de ser el país con los salarios más bajos de la UE, el flamante primer ministro, el socialdemócrata Victor Ponta, ha dicho que propondrá aumentar el salario mínimo a 800 lei (181 euros) al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Un equipo de expertos del FMI se encuentra de visita en Bucarest hasta el 15 de enero para analizar las condiciones de otro préstamo preventivo que evite un colapso de la finanzas públicas del país.
Rumanía selló en 2009 un acuerdo para una ayuda de 20.000 millones de euros, lo que obligó al Ejecutivo a reducir los salarios en el sector público un 25 % y aumentar el IVA del 19 al 24 %.
De acuerdo a las estadísticas de la Unión Europea (UE), un 22,2 % de la población rumana se encuentra bajo el umbral de la pobreza, mientras que 3 de los 18,5 millones de rumanos cuentan con una renta mensual inferior a los 400 lei, ni siquiera 100 euros.
Rumanía, país miembro de la Unión Europea (UE) desde 2007, se encuentra bajo una economía de libre mercado feroz que ha provocado la nostalgia de muchos de la época comunista.
"En el comunismo uno se permitía disfrutar de unas vacaciones en las playas del Mar Negro, ahora ni tan siquiera podemos ahorrar, sino más bien seguir aceptando los paquetes de comida que nos envían nuestros padres", asegura la joven.
Un 60 % de la población rumana asegura que se vivía mejor bajo el comunismo desde el punto de vista económico, según se desprende de un sondeo del Instituto de Investigación de los Crímenes del Comunismo (IICCMER), realizado en mayo de 2011.
Se trata de una nostalgia por un pasado en el que todos eran pobres aunque el Estado proveía al menos servicios básicos.
Rumanía cuenta hoy con el salario mínimo más bajo de la UE, con apenas 700 lei (158 euros), empatado sólo con su vecino Bulgaria.
"Se paga tan poco porque la mayoría de los trabajos no requieren calificación alguna y presentan una actividad que genera poca productividad", explica el analista Cristian Orgonas.
El experto precisa que la clase de trabajo depende del empresario y no del asalariado: "Las multinacionales transfieren a Rumanía una actividad de trabajo intensivo, pocas veces se puede ver una línea de producción automatizada".
Según un estudio publicado por la oficina de Estadística de la UE (Eurostat) en 2011, dos tercios de la población rumana se dedican a trabajos que carecen de una calificación específica.
Los trabajadores calificados rondan el 23,1 % en el país balcánico cuando la media europea está en el 39,1 %, con Alemania y Francia a la cabeza con 44 % y 43 %, respectivamente.
La economía sumergida está muy extendida en el país balcánico y podría equivaler a la mitad del Producto Interior Bruto (PIB), estiman expertos locales.
Ante la presión de ser el país con los salarios más bajos de la UE, el flamante primer ministro, el socialdemócrata Victor Ponta, ha dicho que propondrá aumentar el salario mínimo a 800 lei (181 euros) al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Un equipo de expertos del FMI se encuentra de visita en Bucarest hasta el 15 de enero para analizar las condiciones de otro préstamo preventivo que evite un colapso de la finanzas públicas del país.
Rumanía selló en 2009 un acuerdo para una ayuda de 20.000 millones de euros, lo que obligó al Ejecutivo a reducir los salarios en el sector público un 25 % y aumentar el IVA del 19 al 24 %.
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