MADRID.- El presidente de BBVA, Francisco González, ha
denunciado "mucha laxitud" por parte de los reguladores y supervisores
antes de que se desencadenara la actual crisis, y ha apuntado
indirectamente a estos organismos en España al asegurar que "no están
muy lejos de este país".
En el turno de respuesta a las preguntas de los accionistas,
González ha aprovechado también para lamentar "malos hábitos y conductas
fraudulentas" que dieron lugar a la crisis actual, lo que ha
considerado una "mala noticia", pero no una "estafa".
El presidente del BBVA ha defendido que la crisis se "veía venir"
desde 2002, ante las señales que mostraba la burbuja inmobiliaria. Y se
ha declarado optimista sobre las lecciones de las crisis: "Las crisis
dan información con anticipación".
En cuanto a la adjudicación de Unnim por parte del 'banco azul',
ha reivindicado su integración en BBVA al asegurar que de no haber
acudido a la puja, la entidad catalana ahora estaría "quebrada".
"Entonces se habría liquidado y 5.000 personas ya no trabajarían", ha
explicado, para después garantizar que la oferta de BBVA ha permitido
"salvar muchísimos empleos".
González ha defendido la elección de Deloitte como auditor de las
cuentas y ha reconocido que en la comercialización de algunas
participaciones preferentes "hubo abusos", si bien ha afirmado que el
banco ha dado y busca "soluciones" al respecto.
Por último, ha avanzado que la política de retribución de la
entidad pasará a ser "vinculante" y no sólo consultiva ante la junta de
accionistas, como hasta ahora.
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