A partir de mañana, lunes, todo vuelve a la normalidad en Españistán. Véase:
- Su presidente, acusado de cobrar salarios indebidos y parte de ellos en negro, todavía no ha dado una explicación ni piensa darla. Ha ordenado silencio sobre el asunto y ha destruido literalmente su partido (ninguno de cuyos cargos se atreve a salir en público hace un mes) solo para salvarse él. No comparece jamás en rueda de prensa o, si lo hace, no admite preguntas y solo habla en el extranjero, en donde no puede impedir que la prensa pregunte y en donde todos lo han calado ya como un inútil únicamente obsesionado por evitar que lo procesen por mangante.
- Su Rey hace años que oculta un importante patrimonio en bancos suizos. Es algo tan insólito, vergonzoso y corrupto que no requiere mayor comentario. El que se define con ridícula y abusiva retórica como "primer servidor de España", es un pinta que se lleva los dineros a un paraíso fiscal mientras la crisis devora el bienestar y los ahorros de los españoles que, sin embargo, tienen que mantenerlo aunque él, los beneficios de su capital los aporte a Suiza, no a España. Como republicano de siempre, Palinuro insiste en que el Rey se vaya con toda su familia y deje paso a la República. Añade que a él, cuando menos, los Borbones no le han engañado, aunque también vivan a su costa, como a la de todos los españoles.
- Uno de sus presidentes autonómicos, Feijóo, que acostumbra a impartir lecciones de ética y moral en cuanto lo dejan, se paseaba en los noventa y ligaba bronce en las rías gallegas en el yate de un capo del narcotráfico. Por supuesto, dice Feijóo, pecadillos de su juventud. Tenía entonces el gallego 34 años. De juventud, nada. Plena amistad y familiaridad con un delincuente que actualmente cumple pena en el trullo y de cuyas fechorías, faltaba más, Feijóo no sabía nada. Nada salvo que tenía un yate que el propio Feijóo tripulaba. Pero, a ver, ¿quién no tiene un amigo con un yate? Y ¿quién anda preguntando tonterías sobre cómo se consigue un yate si no es robando?
- El partido del gobierno, del que hay serias dudas de si es un partido o una organización de malhechores, sinvergüenzas y ladrones, aplaza hasta octubre una convención política que tenía para antes del verano con el cuento de tener ocasión de explicar al pueblo las políticas del gobierno y estar más cerca de él. No para hacer algo de tiempo, no sea que al final no cuente con asistentes al evento. Bien puede ser que, según están las cosas, acabe con una generación entera de dirigentes y miembros destacados entre rejas, empezando por su presidente, Mariano el Taciturno, cuyo horizonte penal tampoco está nada claro.
- Un partido, por último, que, según parece, intriga, complota y maniobra con lo peor del poder judicial para conseguir que la justicia no impute a los dos mayores presuntos ladrones del reino -Camps y Barberá- en el sumario del caso Noos y, de esta forma, salvar la monarquía. Según El Confidencial, en esta maniobra estaría metido el PSOE, complice en la tarea de lavar la cara al Monarca -el pavo de los 375 millones en Suiza- y todo el aparato de esta corrupta monarquía. Es de esperar que esta noticia sea un infundio; de ser cierta, si los socialistas no echan a patadas a quien los ha convertido en un partido dinástico de cortesanos tiralevitas, se merecerán lo que les pase en las próximas elecciones. No veo grandes diferencias entre Rubalcaba al frente del PSOE y José María Fidalgo cuando estuvo al frente de Comisiones Obreras: tipos de derecha que secuestran organizaciones de izquierda para ponerlas al servicio del capital y de la corona.
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