SOFÍA.- La crisis económica ha traído un peligroso desencanto
social con la política y las instituciones, algo que amenaza a la
democracia y ante lo que el escritor Mario Vargas Llosa planteó la
necesidad de más participación, para evitar que el poder quede en malas
manos.
"La democracia es participación y, si no hay participación, se va
asfixiando y desmoronando. Hay que defender la idea de que, si queremos
que la política sea decente, hay que llevar a la gente decente a hacer
política y no dejar que esté en manos de los pícaros", declaró
una charla con periodistas en Sofía.
"Creo que esa falta de participación y esa aptitud cínica frente a la
política puede destruir las democracias desde dentro. Creo que esa es
hoy día la amenaza mayor que tienen las democracias europeas, incluso
las de América Latina", comentó el Nobel de Literatura.
El autor de "La ciudad y los perros" recibió el título de doctor
honoris causa por la Universidad de Sofía, la más antigua y prestigiosa
de Bulgaria.
Según el novelista, hay mucho desdén y mucho desprecio hacia la
política en general, y esa actividad se percibe como algo sucio y
corrupto, de lo que hay que apartarse.
En este contexto, el escritor hispano-peruano se refirió al papel de
los intelectuales en la política y la desconfianza de la gente hacia
ellos, porque "los intelectuales se han equivocado tantas veces".
"Los intelectuales tienen la obligación de participar en la vida
cívica y pueden aportar, en una sociedad democrática, que el lenguaje
político sea creíble, que sea creativo y no de clichés. Hacer que el
lenguaje político sea auténtico y que sirva para difundir verdades y no
mentiras", aconsejó.
Otro de las aportaciones puede ser, a su juicio, que la política no
sea solamente gestión de lo existente, sino también creación, propuestas
creativas y realistas, lo que requiere de su imaginación y fantasía.
Además, los intelectuales deberían estar en la vanguardia de la
defensa de la libertad, un elemento fundamental para que haya una vida
intelectual realmente creativa.
"La literatura sin libertad se asfixia. Entonces, la defensa de
ciertos valores, como la libertad, debería tener a los intelectuales en
primera fila", reflexionó.
Y añadió que, en momentos de crisis, hace faltan ideas, perspectiva,
racionalidad, campos en los que los intelectuales pueden aportar algo.
Preguntado sobre la génesis de la crisis, el creador de "Pantaleón y
las visitadoras" opinó que se han combinado la irresponsabilidad de unas
actitudes muy poco realistas y una visión fantasiosa que llevó a muchos
países a vivir por encima de sus medios y a endeudarse.
"Ha habido, por parte de los bancos, una actitud sumamente insensata
guiada por el afán de lucro inmediato, que ha hecho sacrificar el futuro
en nombre de un presente que era muy frágil", destacó Vargas Llosa.
El escritor pidió aprovechar la crisis para hacer una autocrítica muy
profunda de la irresponsabilidad con la que se han manejado las
finanzas públicas y privadas en los últimos años, "de tal manera que no
se vuelva repetir una desgracia parecida".
Vargas Llosa describió la idea en su ensayo "La civilización del
espectáculo": la cultura no puede ser solamente un espectáculo y una
distracción, una tendencia muy peligrosa, porque, indicó, además de
divertir, debe exigir un esfuerzo intelectual y no puede ser lo mismo
que un circo o un musical.
"Porque, si es eso, la cultura va a dejar de tener ciertas virtudes
que creo que son la gran contribución al progreso humano, al mantener
unas ciertas tablas de valores entre lo que es o no es importante, lo
que es bueno y es malo, lo que es feo y lo que es bello", destacó.
Y advirtió que, si esas distinciones se pierden, la cultura va
desapareciendo, aunque hayas cosas que parecen cultura, lo que traerá un
gran empobrecimiento social, político y moral.
Por eso, según el escritor, hay que devolver a la cultura la seriedad
y la responsabilidad y sacarla de esta función de puro entretenimiento.
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