MADRID.- El expresidente del Gobierno Adolfo Suárez
será despedido este martes en Madrid con honores militares en un cortejo
que trasladará su féretro desde el Congreso de los Diputados hasta la
Plaza de Cibeles, ha anunciado el Palacio de la Moncloa.
Los servicios de protocolo del Estado han decidido ampliar el
itinerario del cortejo debido a la gran afluencia de público que ha
pasado hoy por la capilla ardiente instalada en el Congreso.
Si los planes iniciales establecían que el cortejo terminaría en
la Plaza de Neptuno --como se hizo con Leopoldo Calvo Sotelo--, ahora el
recorrido se prolongará hasta la Plaza de Cibeles "para facilitar que
todos los ciudadanos que así lo deseen puedan rendirle su último
homenaje", explica Moncloa en un comunicado.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, presidirá a partir de
las 11.00 horas los actos de despedida del féretro. Una vez cerrada la
capilla ardiente a las 10.00 horas, un piquete de honor portará el ataúd
hasta el final de las escaleras de la Puerta de los Leones, donde el
presidente del Gobierno, acompañado por los presidentes del Congreso y
del Senado, presidirá los honores militares, con arma presentada e
Himno Nacional.
A continuación, el féretro será depositado sobre un armón
de artillería y, seguido a pie por la familia y las autoridades, será
conducido por la plaza de Cánovas del Castillo y el paseo del Prado,
hasta llegar a la plaza de Cibeles.
Después de una despedida del duelo con toque de oración, descarga
de fusilería de la Guardia de Honor y desfile ante el féretro, éste será
introducido en un furgón que lo transportará hasta la Catedral de
Ávila, donde los restos mortales del ex presidente Suárez recibirán
sepultura.
El Congreso ha confirmado que la capilla
ardiente que acoge en memoria del expresidente Adolfo Suárez se
mantendrá abierta toda la noche, hasta las diez de la mañana del martes.
El presidente del Congreso, Jesús Posada, ya había comentado que
por parte de la Cámara no había "ni el más mínimo inconveniente" para
mantener abierta la capilla ardiente toda la noche.
La decisión dependía de la familia, que ha dado su visto bueno, y
de la afluencia de público, que no ha cesado en todo el día y que
incluso se ha ido incrementando con el paso de las horas.
Teniendo en cuenta que por cada minuto unas 25 personas pasan por
delante del féretro, el Congreso calcula que a las ocho de la tarde
habían pasado unas 12.000 personas y la cola a esa hora se extendía
durante dos kilómetros y medio por distintas calles de los alrededores
del Congreso.
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