Los que provocaron esta estafa
financiera estaban logrando un éxito rotundo, sin paliativos. Primero,
han logrado esconderla detrás del concepto crisis económica, sabiendo
que el lenguaje configura nuestro pensamiento y éste a la misma vez
nuestras acciones. Segundo, la han utilizado como coartada para lograr
desmantelar la cobertura del Estado del Bienestar, los derechos
sociolaborales y que el dinero del Estado y de los ciudadanos pasen a
engrosar la inmensa riqueza de los financieros, especuladores,
inversores y grandes fortunas. Tercero, han utilizado la propaganda para
que los causantes de este saqueo no aparezcan y sean los ciudadanos los
responsables porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades,
porque teníamos la vocación de ricos y de vivir como ellos. La realidad
es que los banqueros, con la complicidad de muchos políticos con
capacidad de gobierno realizaron una estafa a nivel mundial y la deuda
que generaron los bancos, que se deben unos a otros, la asumieron los
Estados por decisión política de los Gobiernos, entre ellos el nuestro
para pagar la deuda de los banqueros españoles a los banqueros alemanes.
Esto supuso el endeudamiento de los Estados que sirvió de coartada para
recortar en sanidad, educación y política social y, además, utilizaron
el déficit para privatizar los servicios públicos con la mentira de que
es más barato Todo se pasa a las arcas de los banqueros: el dinero
público, los propios servicios públicos, los salarios de los
trabajadores y los impuestos indirectos, sobre todo el IVA.
Convencieron
con su propaganda, con todos los medios de que disponen, de que éramos
los ciudadanos los causantes de esta situación y, por tanto, aceptábamos
los recortes como algo necesario e inevitable. Las manifestaciones, que
eran innumerables, no rompían esta telaraña tejida por los banqueros y
las grandes fortunas. Los que ganaban en las urnas al día siguiente
seguían el dictado de los mercaderes „la dictadura de los mercados„ al
pie de la letra. Políticos que utilizan programas electorales para
engañar. Todo controlado, se estaba desmontando los logros que durante
años se consiguieron en derechos sociales, laborales, educativos,
culturales, sanitarios? Cuando había manifestaciones, los portavoces de
esta democracia capitalista decían que quieren conseguir en la calle lo
que no han conseguido en las urnas. Los manifestantes decían que se
tenía que cumplir lo que había salido en las urnas, es decir, los
programas electorales que decían que se iba a conseguir un trabajo
estable y digno, que los impuestos iban a ser justos, que se iba a
defender el derecho a la vivienda, a la educación, a la sanidad, a la
dependencia, etc. En el fondo, que se cumplieran las promesas
electorales.
Todo controlado, pero a lo largo de esta historia de
injusticia y de intento de desmovilización social, han ido surgiendo
experiencias de luchas que han conseguido logros sociales importantes, y
una de ellas es que la esperanza no desaparezca y que la lucha siga,
contra unos capitalistas que compran voluntades y medios, entre ellos
muchos medios de comunicación. En ellas, tenemos el15M que sigue vivo en
muchos movimientos, entre ellos las plataformas de afectados por la
hipoteca, movimiento que ha puesto y sigue poniendo en jaque al sistema
financiero y cuestionando las leyes hipotecarias a los políticos
defensores de las mismas.
Las diversas mareas que confluyeron en
Madrid el 22M con la Marcha por la Dignidad, la Cumbre Social, que han
auspiciado dos huelgas generales, redes de luchas contra la pobreza con
sus denuncias del empobrecimiento basado en investigaciones científicas y
lo que ha puesto a este sistema de los nervios, el aumento de IU en las
elecciones europeas y la aparición de Podemos, unido a la bajada
espectacular de votos de PP y PSOE, porque ya no controlan totalmente
las urnas. Y, si a esto le unimos la abdicación del rey Juan Carlos de
una manera imprevista y sin ninguna explicación, hay unas ciertas
fisuras en esta democracia capitalista. Ya no tienen controlado todo, y
todo esto supone una amenaza. Ahora entiendo a Felipe González, defensor
a ultranza de esta democracia capitalista, cuando abogaba por una
concentración de poder entre el PP y el PSOE, concentración para
defender y mantener que los financieros sigan aumentando sus beneficios
económicos.
También se ha logrado experiencias de lucha en el
tiempo como el protagonizado por la Plataforma de Soterramiento del tren
y sorpresas que fisuran el control del poder establecido como ha sido
la elección de Orihuela como rector de la Universidad de Murcia. A todo
esto, hay que sumarla pequeñas y grandes reivindicaciones de todo tipo
pero que tenía un denominador común: la justicia social y la libertad.
Que
los defensores de esta democracia capitalista van a reaccionar, ya lo
están haciendo intentando demonizar a Podemos, para volver al control
absoluto de cualquier iniciativa o movilización que vayan a favor de
toda la ciudadanía y, por consiguiente, en contra de los intereses de
los financieros, cuya codicia no tiene límites. Junto a esto, se seguirá
luchando con todas las dificultades y contradicciones de los
movimientos sociales, pero a pesar de ello se mantiene la esperanza en
ese otro mundo posible y necesario y vemos con alegría y sin ninguna
ingenuidad que hay fisuras importantes en la democracia capitalista,
porque queremos una democracia real ya.
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