Si, justo ahora, cuando parece que la cuerda entre el Estado y
Cataluña está mas tensa se filtra que el gobierno de Rajoy va a sacar a
la luz pública el dossier sobre la familia Pujol. Sí, un dossier que
demuestra que el honorable viene defraudando, evadiendo impuestos,
llevándose el dinero de las comisiones a paraísos fiscales, desde nada
menos que hace treinta años.
Y, claro, pues el viernes, con media España
de vacaciones y la otra media encerrada en casa porque el paro les
tiene secuestrados, el honorable ex-presidente de la Generalidad
Catalana se confiesa evasor desde hace treinta años. Y pide perdón, como
Juan Carlos cuando le pillaron cazando elefantes en Botswana.
Pues
no nos hemos caído del guindo, no. Porque que don Jordi manejaba
cantidades millonarias fruto de las comisiones, impuesto revolucionario,
y que las escondía en bancos de Andorra, de Suiza, en los ochenta ya lo
sabía Felipe González. Sí, el ministro de Defensa, Narcís Serra había
mandado a los del Cesid (servicio secreto español, dependiente de
Defensa) investigar los movimientos de dinero del honorable presidente
de la Generalidad.
En un momento estuvieron a punto de, como dijo en
abril de 1986 el delegado del Gobierno en Andalucía, Tomás Azorín Muñoz:
"los socialistas vamos a meter a Jordi Pujol en la cárcel". Pero claro,
el poder siempre juega con el más débil, y el zorro de Felipe González
prefirió tener atada a Cataluña a cambio de mirar para otro lado. Porque
hasta Miguel Roca le dio un informe a Solchaga, entonces ministro de
Hacienda. Y Solchaga miró para otro lado.
Como
para otro lado miró José María Aznar, porque necesitaba el apoyo de
Pujol para gobernar. Y como para otro lado miró Rodríguez Zapatero,
porque el iluminado presidente concentraba su política en sacar
cadáveres del armario y volver a dividir en dos las Españas: rojos y
azules. Y Rajoy también hubiera mirado para otro lado, como acostumbra
su partido, si Pujol no se hubiera manifestado tan sectario en favor de
la independencia de Cataluña. Fue entonces cuando los hombres de negro
desempolvaron los viejos dossiers, se actualizaron y hace dos años
filtraron a El Mundo los dineros que Pujol, Mas y otros tenían en
paraísos fiscales.
Pero
desde siempre, desde que estafó en Banca Catalana, la clase dirigente
de España ha estado informada de cómo funcionaba la Generalidad. Del
tres por ciento que denunció en marzo del 2005 Pascual Maragall en sede
parlamentaria, cuando acusó a los de Convergencia y Unió que su problema
era el tres por ciento.
Ya se sabía que de ese tres por ciento una parte iba a la familia Pujol. Ya se sabía.
(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com
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