MOSCÚ.- Mientras los medios occidentales afirman que Estado Islámico (EI) es un grupo de fanáticos inspirados por el Corán, la propia milicia ha iniciado una guerra para hacerse con el petróleo iraquí y ya ha cortado el suministro de crudo a Siria, según publica 'Russia Today'.
La venta del petróleo robado lo llevará a cabo Aramco, la petrolera dispuesta a hacer pasar este crudo como si fuese producción extra de Arabia Saudí, apunta el politólogo francés Thierry Meyssan en un artículo publicado por el rotativo sirio al-Watan y traducido para el portal Voltairenet.
Según la interpretación de la prensa occidental, el EI, que ya ha tomado el norte de Irak, no es más que una agrupación de fanáticos religiosos armados con el Corán y fusiles Kaláshnikov. Sin embargo, a juzgar por la actuación de los milicianos de este grupo en Siria, es obvio que se trata de un ejército privado integrado por mercenarios de diversas nacionalidades, llegados de todos los rincones del planeta para actuar bajo el mando de oficiales norteamericanos, franceses y sauditas.
Este ejército ha desmembrado el territorio iraquí para que fuera más fácil explotarlo siguiendo el modelo colonial, sugiere el analista.
La misma prensa occidental que insiste en que la OTAN no da amparo al Estado Islámico manifiesta que EI se ha enriquecido de la noche a la mañana gracias a la conquista de los campos petroleros. Pero la misma situación ya tuvo lugar después de que los terroristas se adueñaran del norte de Siria; entonces el episodio fue descaradamente minimizado por los medios occidentales, que intentaron presentar los combates entre el Frente al-Nusra y EI como el resultado de una rivalidad avivada por el régimen de al-Assad, mientras que en realidad lo que tuvo lugar fue una simple pugna por el control de los campos petroleros.
¿Quién sale beneficiado?
Hay una pregunta a la cual siguen siendo incapaces de responder los medios occidentales y los de los Estados del Golfo: ¿cómo pueden los terroristas vender este petróleo en un mercado internacional totalmente controlado por Washington?
La respuesta es que si el Frente al-Nusra y el EI logran vender en el mercado internacional el petróleo proveniente de los campos conquistados será con la “bendición”' de Estados Unidos y solo a través de compañías que operan en el sector.
El congreso anual de las compañías petroleras que transcurrió entre el 15 y el 19 de junio tuvo lugar en Moscú, con lo que todo el mundo creía que el tema estrella sería Ucrania. Pero no fue así, sino que se habló exclusivamente sobre Siria e Irak. Se anunció que el petróleo robado por destacamentos de al-Nusra en Siria lo comercializa Exxon-Mobil (una empresa de Rockefeller que opera en Qatar), mientras que el crudo obtenido por el EI lo vende Aramco (EE. UU.-Arabia Saudí). Hay que hacer notar que durante el conflicto de Libia, la OTAN autorizó precisamente a Qatar (es decir, a Exxon-Mobil) la venta del petróleo de los territorios “liberados” por al-Qaeda.
Así, pues, la confrontación actual (igual que todas las guerras del siglo XX en Oriente Medio) es una batalla más de la guerra entre las compañías petroleras. Y que el EI esté financiado por Aramco explica fácilmente por qué Arabia Saudí de repente dijo estar dispuesta a compensar con su producción la caída de ventas de petróleo iraquí: la monarquía del Golfo simplemente “lavará” el petróleo robado.
Por tanto, las pérdidas las van a sufrir los británicos, los turcos y, sobre todo, los chinos, puesto que precisamente China ha sido uno de los principales clientes de Irak.
Por su parte, los ganadores serán EE. UU., Israel y Arabia Saudí.
En referencia a las motivaciones del EI para llevar a cabo su actividad, “será lo que quieran, pero no el islam”, concluye Thierry Meyssan.
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