Y es que me da que en el caso Pujol, si, en el caso del que
fue presidente de la Generalitat durante más de veinte años, hay gato
encerrado. La pasada semana lo vimos, en esa comparecencia en el
parlamento, abroncando a los diputados que le pedían explicaciones.
Argumentando que gracias a que su padre era un contrabandista de divisas
y de algodón, la industria catalana floreció. Vamos que era lícito
delinquir para beneficiar a la nación... Y con esos mimbres, y muchos
otros, la verdad es que muchas familias catalanas son ahora muy
pudientes.
Porque ya
lo vienen diciendo desde siempre. Detrás de una gran fortuna siempre hay
un origen delictivo. Y la fortuna de los Pujol, padre, hijo, nietos, no
es diferente. Pero además, en el caso de Jordi, durante tantos y tantos
años los gobiernos de Felipe González, los gobiernos de Aznar y los
gobiernos de Zapatero han mirado para otro lado mientras se lucraban con
el tres, cuatro o cinco por ciento de las famosas comisiones
denunciadas en sede parlamentaria por Pascual Maragall. Y por supuesto,
si miraban para otro lado sería por algo. Si dejaban que durante treinta
años se delinquiera habría algo a cambio. Si, claro, razones de estado.
Y
se le notaba a don Jordi que estaba muy tranquilo. No por la vergonzosa
defensa de CiU, atacando a los parlamentarios en lugar de pedir
explicaciones al Honorable. Se le notaba tranquilo porque, entre otras
cosas, gracias al fiscal de Barcelona la banca andorrana no revelará los
movimientos de los millones de la familia en ese país. La jueza
adorrana basa su negación a que el fiscal de Barcelona, en agosto, se
negó a que se formara una comisión rogatoria para indagar, in situ,
sobre la fortuna oculta en bancos andorranos.
Pues
ya lo saben, lectores. A la fiscalía, que obedece criterios
jerarquizados, se le ordenó que no colaborara en el caso Pujol. Algo
oculta el gobierno. Los sucesivos gobiernos, para ordenar a su
ministerio fiscal, ese que generalmente muerde como un perro rabioso, a
que se convirtiera en un lindo gatito zalamero y en favor de la tesis
del abogado del delincuente. Hay gato encerrado, seguro.
(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com
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