Pues eso, que Alberto Ruiz Gallardón dimite de ministro y
dice, muy compungido, que abandona la política, pero desde el pasado
jueves figura como nuevo miembro permanente del Consejo Ejecutivo de la
Comunidad de Madrid. Un trabajo que consiste en una reunión semanal, los
miércoles, y un sueldo de ocho mil quinientos euros al mes.
Porque nuestros padres de la patria, esos que vienen chupando salarios millonarios de los presupuestos generales del estado mientras los demás mortales trabajan en serio, son los que de verdad tienen arruinada esta España que no saldrá de la crisis mientras los gallardones, aznares, felipes, acebe, leires, sigan cobrando miles y miles de euros mensuales sin dar palo al agua.
Porque nuestros padres de la patria, esos que vienen chupando salarios millonarios de los presupuestos generales del estado mientras los demás mortales trabajan en serio, son los que de verdad tienen arruinada esta España que no saldrá de la crisis mientras los gallardones, aznares, felipes, acebe, leires, sigan cobrando miles y miles de euros mensuales sin dar palo al agua.
Y
como los que gobiernan lo dejan todo atado para cuando dejen de
gobernar, pues el señor Ruiz Gallardón gozará, de por vida, de coche
oficial, chófer oficial, despacho oficial y secretaria oficial, a cargo
de la Comunidad Autónoma madrileña. Casi nada. Así, por encima, un gasto
superior a los 30.000 euros mensuales... que pagaremos al ex-alcalde,
ex-presidente de la comunidad, ex-ministro...
Porque
este político que el martes de la semana pasada nos sorprendía, con su
traje fúnebre, declarando que dejaba el ministerio y la política para
iniciar una nueva etapa en la vida privada, no dijo ni pío de que a los
dos días pasaba a ser miembro de un Consejo de la Comunidad de Madrid,
creado por él. Y con sueldo de ocho mil quinientos euros por no hacer
nada, y que además contaría con el privilegio de coche, chófer, despacho
y secretaria...
Y
como estamos en un país con una prensa domesticada, o con unos
periodistas bobos o tontos del culo, pues a ninguno se le ocurrió
preguntarle por los dineros que a partir de esa fecha cobraría de las
administraciones, y qué prebendas tenía reservadas tras su alejamiento
de la política, como prometió.
Porque el titular del día siguiente debía
ser precisamente que Gallardón seguiría costando a los españoles unos
veintiocho mil euros al mes. Y ya se las ingeniará este rumboso con los
dineros públicos para que al año nos salga por más de medio millón de
euros. Seguro que algo inventa.
Tenemos, desde hace muchos años, a una
prensa domesticada que no investiga, salvo honrosas excepciones. Que en
las ruedas de prensa hace preguntas cómodas que agradece el
entrevistado. Periodistas a los que muchas veces escuchamos: "tiene algo
más que decir", claro, y el Gallardón de turno, pues sonríe y se luce.
Así nos va, claro.
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