miércoles, 24 de diciembre de 2014

Los mitos alemanes sobre España, Grecia y Portugal, al descubierto / Jorge Chamizo

Un periodista y un politólogo alemán se han dedicado a recopilar todos los tópicos, mitos y chovinismos publicados en la prensa alemana sobre griegos, españoles y portugueses. La obra recoge los mejores de este tipo que se han publicado en este país hasta conseguir que la opinión pública crea que los griegos, también los españoles y los portugueses, son vagos, vividores, personas que no saben ahorrar y los culpables de la crisis.
El título del libro, ¡Vended vuestras islas, griegos arruinados!, está tomado de un titular del diario Bild, el más leído en Alemania. Son todo descripciones de los pueblos, países o estados, en términos s peyorativos, pura retórica del nacionalismo. En el prólogo del libro se cita un sondeo elaborado en Alemania en el cual un 77% de los encuestados piensa que España es un país “no moderno” o “premoderno” y 4 de cada 10 alemanes opinan que “los españoles son ociosos y perezosos y no les gusta trabajar”.
Los autores son Stephan Kauffman e Ingo Stützle, ambos de la Fundación Rosa Luxemburgo. Su propósito ha sido derribar todos los estereotipos que se han vertido sobre Grecia al tiempo que se la obligaba a tomar medidas económicas que han provocado reducir el PIB del país en una quinta parte. “Una destrucción sin precedentes en tiempos de paz”, advierten en la introducción.
Una de las mentiras más llamativas, según cuenta Valenciaplaza.com, es la de que los griegos “tienen muchas vacaciones”. Los autores explican que, de acuerdo con la agencia europea Eurofound, los trabajadores griegos tenían antes de la crisis un promedio de 23 días de vacaciones por año, mientras que los propios alemanes disfrutaban de 30, los que más de toda Europa. Con las fiestas de guardar el resultado sería el mismo.
Tradicionalmente, los alemanes han criticado sobre España costumbres de antaño, como la siesta. Sin embargo, también queda al descubierto cuánto tiene de mito. Un estudio de la revista científica Neurology revelaba que los europeos que más duermen la siesta no son españoles, ni portugueses, sino alemanes. Incluso los ingleses se echan más cabezaditas después de comer que los españoles. Según este trabajo, el 22% de los alemanes asegura que duerme la siesta al menos tres veces por semana. Ahí se sitúan como líderes indiscutibles, muy por encima de los italianos, en segundo lugar con un 16%, y de los británicos, en la tercera plaza con un 15% de respuestas afirmativas. España y Portugal quedan relegados al cuarto y quinto puesto.
Otro cliché es el de la actitud hacia el trabajo. Pero la jornada laboral es más larga en España que en el resto de Europa. Las dos o tres horas de interrupción para la comida, han llevado a más de uno, y más de dos, a creer que los españoles son más vagos. El problema radica en la organización de esa jornada laboral. Desde hace meses el Gobierno trabaja para darle una solución tras la aprobación del informe para la Racionalización de los Horarios que recomienda al Gobierno implantar el horario británico en España como una de las fórmulas para acabar con los «tiempos muertos» de la jornada laboral española.  
Otro de los mitos que trata de desmontar el libro es el de las pensiones. “Estamos pagando las pensiones de lujo de los griegos” se decía en Alemania. Pero según la OCDE, antes de la crisis, la pensión media griega era el 55% del promedio de las pagadas en la zona euro. “Dos terceras partes de los pensionistas griegos llegaban a fin de mes con menos de 600 euros”.
Con el rescate todas las pensiones bajaron. Lo mismo servía para los sueldos. Grecia, siguen los autores, tenía un salario medio que era un 73% de la media de la zona euro. Una cuarta parte de los empleados griegos ganaban menos de 750 euros al mes. Los maestros, tras quince años de experiencia, ganaban un 40% que su igual en Alemania.
En cuanto al plan de rescate y la financiación de Grecia y del resto de estados que han necesitado rescate, el libro concluye que el gobierno federal alemán no toma el dinero de los rescates del contribuyente, sino que lo pide prestado a un 1 o un 3% de interés y lo envía a Grecia a un 4,2%, un 5,8% a Irlanda y un 6% a Portugal. De modo que el autor sentencia: “Sucede justo al revés. Es Grecia quien, a fin de cuentas, paga a Alemania”.

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