MADRID.- “La posibilidad de que haya hecho algo para el CNI es remota”. Quien habla, tajante, es alguien que trabajó para los servicios de Inteligencia españoles durante más de una década. David Vidal, exinformador del “centro” en cuestiones relativas a explotación de mujeres y terrorismo islamista, desmonta la versión ofrecida por el “pequeño Nicolás” sobre una supuesta colaboración con el organismo.
A instancias del CNI, la Abogacía del Estado se querelló este
miércoles contra Francisco Nicolás por un presunto delito de injurias,
en relación a sus declaraciones en las que aseguraba que había realizado
trabajos para ellos. Un paso más en la negación de cualquier vínculo
con el joven. Semanas antes, tras su primera entrevista con el diario El Mundo, la institución emitió un comunicado para desmentir haberle encargado “acción o actividad alguna,
relacionada o no con las funciones o misiones de este Centro". El
"pequeño" ha insistido en esa colaboración y afirma además que su
detención habría sido fruto de una “campaña de desprestigio”. “Me detuvieron porque tenía mucha información, porque sé demasiado”, dijo en una entrevista en televisión.
Sin embargo, sus declaraciones son tomadas con total escepticismo en el entorno de los servicios de Inteligencia. “No ha dicho hasta ahora nada coherente”, asegura Vidal, que enumera los “errores” cometidos por el Pequeño Nicolás.
Para empezar, el reclutamiento. Según Francisco Nicolás, la relación comenzó de forma sencilla: tras coincidir en un acto con el director, el general Félix Sanz Roldán. Sin embargo, este excolaborador se muestra rotundo. “Si yo tuviera que reclutarle, jamás lo hubiera hecho”. Los requisitos de reclutamiento son complejos y pueden durar hasta un año. Un
proceso en el que se examina al detalle la vida del aspirante, de las
personas que le rodean, la situación económica, la personalidad... y
durante el cual, el candidato debe someterse a test psicotécnicos,
entrevistas personales y distintas pruebas psicológicas y de
competencias.
“La carrera en el centro no constituye solo un trabajo, es un estilo de vida,
en el que la motivación por proteger el interés común prima por encima
de las aspiraciones personales de sus miembros, para los que la
satisfacción por el deber cumplido es su principal estímulo”, advierte
el CNI en sus propios documentos.
“Todos los candidatos serán sometidos a una serie de pruebas y
entrevistas destinadas a determinar su idoneidad para el puesto de
trabajo. Para completar el proceso de selección será necesario obtener
una habilitación de seguridad, este trámite puede
tardar en completarse hasta 6 meses, por lo que la duración del proceso
selectivo se puede alargar hasta 1 año a partir del momento en que sea
citado a pruebas”, se afirma.
Por otra parte, las relaciones de los colaboradores con el CNI se dotan de un estricto secretismo. “A un colaborador jamás se le cita en el centro”,
asegura Vidal, en referencia a las supuestas visitas del “pequeño” al
organismo. Entre ellas, la que habría realizado el año pasado en
compañía de César Chiva de Agustín, presidente de la empresa de eventos
sociales Executive Forum, para una reunión con la directora de gabinete.
Su intención era que Sanz Roldán ejerciese de ponente principal en un
acto organizado por la compañía.
Vidal encuadra esa visita en la normalidad.
“Cualquiera puede solicitar una cita y entrar al CNI. Viene un
funcionario, te sientas con él, le expones el tema en cuestión y ya
está. A partir de ahí, te dan una tarjeta con un correo público y se acabó la relación”.
El joven exhibió después el supuesto intercambio de correos
electrónicos con el organismo para alardear de su relación. Aunque, en
realidad, fue él mismo quien envió a la jefa de gabinete un mensaje para
trasladarle su agradecimiento, a lo que recibió una respuesta de
cortesía. El CNI rechazó la participación en el evento en cuestión pese a
que el director ha acudido en otras ocasiones a eventos de similares
características.
Otro argumento que desbarata la versión del pequeño Nicolás es el tema de los “charlies”. "Yo
era un charlie del CNI (colaborador, según su léxico). Se me ha
escapado decirlo. Pero no voy a dar detalles sobre ello", dijo en la
entrevista en Telecinco. “Esa denominación no existe, no se utiliza”, aclara David Vidal.
El joven cometió otro error al hablar también del sistema de comunicación que mantenía con el organismo, mediante teléfono con número oculto.
Vidal defiende los estrictos canales de contacto que el centro mantiene
con sus colaboradores: las llamadas son casi inexistentes, afirma,
únicamente para un “tenemos que vernos”. “La información se da en mano,
por ejemplo, quedas en un centro comercial para tomar un café, les das
un sobre, ellos te dan un papel. Todo, sin ningún tipo de anagrama ni
dato que identifique al CNI, claro”. El correo electrónico tampoco se
emplea. “salvo una cuenta falsa creada para la ocasión”
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