MADRID.- El jefe del Gobierno, Mariano Rajoy,
ha ratificado hoy que no ve prioritaria la reforma de la Constitución
y, tras pedir al PSOE que no frivolice sobre este asunto, ha precisado
que sólo aceptaría modificaciones muy concretas y que considerara beneficiosas para España como la que se hizo en 2011.
Rajoy se ha expresado de esta forma en declaraciones a los periodistas en el Congreso, donde ha acudido al acto de celebración del 36º aniversario del texto constitucional y ha advertido de que nadie debe contar con él si lo que se pretende es una modificación que vaya contra la unidad de España.
El
jefe del Ejecutivo ha precisado que la Constitución puede reformarse y,
de hecho, ya se ha modificado en dos ocasiones, pero ha instado a no
frivolizar y ha reprochado al PSOE que no cumpla su palabra y pretenda
cambiar la reforma pactada en 2011 para garantizar la estabilidad
presupuestaria.
Esta última modificación, planteada por el
expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, ha considerado
que ha sido muy importante.
"En estas cosas no se puede
frivolizar, y, por tanto, tres años después, no es de recibo que la
parte que tuvo la iniciativa (el PSOE) nos diga que esa reforma ya no le
vale. Así es muy difícil fijar reglas de juego", ha añadido antes de
recalcar: "La palabra se cumple".
Para Rajoy, hay que tener muy claro qué es lo que se quiere reformar y hay que ser "muy serios".
En
esa línea, ha precisado que si hay algún asunto muy concreto, como el
de la reforma que se hizo al final de la pasada legislatura para
garantizar la estabilidad presupuestaria, "y el PSOE cumple su palabra", él no estaría en desacuerdo con abordarlo.
"Estoy
abierto a todos los planteamientos que se hagan, pero es que, hasta
ahora, no he escuchado ninguno salvo los que piden el derecho de
autodeterminación y que se rompa la soberanía nacional. Yo voy a
defender la unidad de España y la soberanía nacional y no voy a hacer
nada que vaya contra la igualdad de los españoles y sus derechos
fundamentales", ha explicado.
En consonancia con ello, ha enfatizado: "Para cambiar eso, conmigo que no cuenten".
Ante
sondeos como los que reflejan que la mayoría de catalanes es partidaria
de una reforma de la Constitución, el presidente del Gobierno ha
insistido en que cuando se pretendan modificar las reglas del juego, hay
que saber exactamente qué es lo que se quiere hacer.
Ha explicado
que hay partidos en el Congreso que son partidarios de que el Estado
recupere competencias que tienen las comunidades, otros que desean que
cedan aún más a las autonomías, y algunos que apuestan por que se rompa
la soberanía nacional y haya el derecho de autodeterminación.
Otras tesis ha recordado que apuntan a que se generalice el sistema de financiación vasco y navarro.
"Los gobernantes y los políticos debemos valorar bien las cosas para no equivocarnos.
No es momento de eslóganes, ni de portadas, ni de titulares, sino de
entrar a fondo en sus temas y sus contenidos", ha reiterado.
Ha
recalcado que las prioridades de España pasan por la situación de la
economía tras los bueno datos que se van conociendo, momento que ha
aprovechado para recordar que ayer se ratificó que España fue el país
que más creció en la UE de los socios más grandes, y para hacer hincapié
en la caída de la prima de riesgo.
Otra prioridad que ha citado
ha sido la lucha contra la corrupción, un asunto que ha insistido que el
Gobierno se toma muy en serio con medidas como la aprobada ayer en
materia de reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
El
presidente del Gobierno ha explicado que España ya está acometiendo un
importante proceso de reformas y ha cedido a la UE su política monetaria
y muchas competencias en otras materias en el marco del proceso de
integración europeo.
Ante cuestiones como éstas es donde cree necesario un gran consenso nacional.
Rajoy ha hecho un repaso de la situación de España desde que se aprobó la Constitución
para destacar los beneficios que ha reportado, entre ellos la
democracia, la libertad, los derechos fundamentales de las personas, la
entrada en Europa, el modelo de Estado más descentralizado y la mayor
etapa de bienestar y progreso.
Como ejemplo, ha recordado que hace
36 años el PIB español era menos de la mitad que hoy, y que, en la
actualidad, la renta per cápita es casi el doble cuando hay diez
millones más de habitantes.
Ha subrayado también que se han
generalizado los servicios públicos y que se ha pasado de 1.000
kilómetros de vías de alta capacidad a 16.500.
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