DUBLÍN/MADRID. - El duro
tratamiento de Europa al nuevo gobierno de Grecia ha aliviado algo la
presión anti-austeridad en Irlanda y España, pero Madrid y Dublín
podrían necesitar algo más que eso para recuperar las perspectivas de
reelección.
Elegidos en 2011 cuando las crisis financieras
envolvían sus respectivos países, las esperanzas de los dos gobiernos de
centro-derecha de ser elegidos para una segunda legislatura corren el
riesgo, entre otros desafíos, de verse empañadas por los contrarios a la
austeridad alineados con el partido griego Syriza.
Ambos siguieron la línea marcada por Alemania al pedir
que Grecia se adhiriese a los compromisos de su rescate, lo que supuso
un golpe para Atenas, que había esperado algo de apoyo de países que
también sufrieron mucho durante la crisis de la deuda.
Todo esto quedó expuesto el pasado sábado cuando el
primer ministro griego Alexis Tsipras acusó a España y Portugal de
liderar una conspiración conservadora para derrocar a su gobierno porque
temían el surgimiento de fuerzas anti-austeridad en sus propios países.
Madrid y Lisboa se quejaron de la acusación ante la Comisión Europea.
Irlanda evitó la ira de Alexis Tsipras, pero el país ha
adoptado una de las líneas más duras respecto a Grecia. A diferencia de
Portugal, se enfrenta a un desafío contra la austeridad similar al
encarnado por Syriza en Grecia y por Podemos en España. En su caso,
viene del partido de izquierda Sinn Fein.
Después de que el nuevo gobierno griego fuese incapaz
de poner fin al rescate de la UE y el Fondo Monetario Internacional para
el que había sido elegido y tuviese que dar marcha atrás, Irlanda,
recién salida de su propio rescate, fue uno de los primeros países en
explotar el repliegue heleno.
"En 2016, el pueblo tendrá una opción clara: entre
gobierno estable y coherente; o el caos y la inestabilidad", dijo el
primer ministro irlandés Enda Kenny en la conferencia anual de su
partido Fine Gael el mes pasado, un dardo directo al Sinn Fein, el rival
político más cercano en las encuestas.
Kenny se despertó al día siguiente con un editorial del
Sunday Times que proclamaba que "la tragedia griega del Sinn Fein es
una victoria para el Fine Gael".
Después de empuñar dolorosas medidas de austeridad, las
esperanzas electorales de los gobiernos español e irlandés dependen en
gran medida de que los votantes sientan los beneficios de la
recuperación económica de economías en recuperación. Los pronósticos
apunta a que Irlanda será el país europeo con un crecimiento más rápido
este año a un tasa cercana al 4 por ciento, mientras que España, con una
economía seis veces más grande, crecería al 2,4 por ciento.
Por el momento, el paralelismo con Grecia ha servido
para enfatizar los primeros mensajes de campaña del presidente español
Mariano Rajoy, que han sido golpes velados a Podemos, el movimiento
antiausteridad que se ha autodenominado como partido hermano de Syriza.
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