ESTOCOLMO.- El Premio Nobel de
Economía 2015, el británico-estadounidense Angus Deaton, no está "a
favor de la austeridad" para gestionar las crisis económicas, según dijo
en una entrevista con periodistas.
Deaton, que recibirá mañana el Nobel por sus "análisis sobre el
consumo, la pobreza y el bienestar", lleva cuatro décadas estudiando
cómo se relacionan micro y macroeconomía, y extrayendo enseñanzas para
la política.
El economista, de 69 años, creía que con la crisis de los años
treinta del siglo pasado se había aprendido "que esa no era la forma de
tratar estos temas".
"Aunque siempre encontrarás a economistas que piensan que la
austeridad es una buena idea, estoy seguro de que la mayoría no lo cree y
nos gustaría ver más gasto", dijo Deaton.
Aunque Deaton no considera que la austeridad "fuera realmente
necesaria" para algunos países europeos, en estos momentos no ve que
haya "muchas más opciones para países individuales, a menos que alemanes
o británicos u otros decidan que esa austeridad fue un error".
Deaton, Premio Fronteras del Conocimiento 2011 de Economía de la
Fundación BBVA, se define como una persona "muy curiosa" y que entiende
la economía como "una ciencia social", por eso trabaja con psicólogos y
se divierte mucho haciéndolo.
Además, cree que es un economista atípico, "quizás" porque nació en
Edimburgo (Escocia) en una "familia pobre", lo que le ha dado "mayor
afinidad y compasión" que si hubiera crecido en otro tipo de ambiente.
Por eso, le preocupa y califica de "muy serias" las diferencias
"dentro de nuestros propios países", cuánta gente "está sufriendo. Es
posible que en términos absolutos vivan mejor que en India o en África,
pero la vida de esas personas ha sido destruida".
Este es el segundo año consecutivo en que el Premio de Ciencias
Económicas en memoria de Alfred Nobel, que no fue creado por el magnate
sueco sino por el Banco de Suecia en 1969, es para un solo economista,
lo que no es habitual, pues suele ser un galardón compartido.
La Real Academia de Ciencias sueca ha distinguido a Deaton por tres
logros concretos: el sistema para determinar la demanda de diferentes
bienes que elaboró con John Muellbauer hacia 1980; los estudios que
vinculan consumo e ingresos realizados en la década siguiente y su
trabajo posterior sobre estándares de vida y pobreza en países en
desarrollo.
Sus estudios han hecho evidente que las decisiones de consumo
individuales, como qué comprar o cuánto ahorrar, tienen su reflejo en el
conjunto de la economía y que la comprensión de estas dinámicas es
clave para trazar leyes que promuevan el bienestar y combatan la
pobreza.
El economista considera que no todas las formas de ayuda al
desarrollo "tienen la posibilidad de funcionar" y dijo que "puede ser
positiva" aquella en la que "el dinero se usa en los países ricos para
hacer cosas que puedan ayudar a los países pobres".
Por el contrario, no es favorable a la ayuda en la que "grandes
cantidades de dinero" va a los países pobres, especialmente en aquellos
donde "una gran parte del presupuesto de esos gobiernos llega de las
agencias exteriores".
En una semana en la que la cumbre del clima de París entra en su
recta final, el nobel se dice convencido de que "la economía puede ser
respetuosa con el medioambiente".
Y las soluciones para lograrlo pasan "por una mayor innovación. No
intentando parar el crecimiento económico", por ello dijo: "Necesitamos
nuevas formas de hacer las cosas, nuevas técnicas que no impliquen la
quema de combustibles fósiles y sería bueno ver más esfuerzos dirigidos a
la innovación".
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