MADRID.- Según la percepción de
sus ciudadanos, España es una de las naciones europeas más aquejadas por
la corrupción, afirma un informe de Transparencia Internacional
publicado este miércoles sobre la situación en 42 países de Europa y
Asia Central.
Con un 66% de los encuestados, España es el segundo
país del continente en el que más gente cree que la corrupción es uno de
los problemas más graves. La media en los países sondeados es de un
tercio, y el líder es Moldavia, con un 67%. Alemania está en la cola con
un 2%.
"España es el país en el que más se ha incrementado la
percepción de corrupción en los cinco últimos años", comenta Manuel Villoria, miembro del comité directivo de Transparencia
Internacional-España.
Según él, esto se explica en primer lugar por "los
numerosos escándalos de corrupción política" que han dominado la
actualidad de los últimos años y han salpicado entre otros al gobernante
Partido Popular (PP).
También por el hecho de que "la ciudadanía
considera que la corrupción no son solo estos escándalos, sino también
un mundo de relaciones y conexiones familiares, de amistad, etcétera,
que funciona en beneficio de unos pocos". Por todo ello, "la gente aquí
está más enfadada", apostilla.
En España, un 80% de las 1.000
personas encuestadas entre el 15 y el 22 de diciembre de 2015 cree que
el Gobierno lo está haciendo "mal" a la hora de combatir la corrupción.
Este
porcentaje es el más alto entre los 20 Estados sondeados de la Unión
Europea (de un total de 28), muy por delante de Italia (70%), Francia
(64%) y Grecia (59%). El porcentaje más bajo lo ostenta Suecia, con un
28%.
Asimismo, el informe añade que el 88% de los entrevistados
"dijeron que las personas de los sectores más ricos influían
indebidamente en las decisiones gubernamentales".
En esta línea,
Jesús Sánchez Lambás, otro directivo de Transparencia
Internacional-España, cree que faltan "mecanismos de transparencia entre
los poderes económicos y fácticos y los aparatos de Estado".
Por
esa razón, existe entre la gente la continua sospecha de que los
empresarios puedan por ejemplo manipular a su favor a las autoridades
reguladoras, o a la administración fiscal para que les dé un trato de
favor en caso de problemas.
Al mismo tiempo, España
es uno de los países donde menos sobornos se pagan a los funcionarios
(sólo un 3% de los hogares dijo haberlo hecho para acceder a servicios
básicos, frente a un 29% en Rumanía, un 34% en Rusia y un 18% en
Turquía).
La encuesta española
coincidió con los últimos días de la campaña electoral previa a las
legislativas del 20 de diciembre de 2015.
Uno de los temas estrella de campaña fue precisamente la
corrupción, una acusación que le costó la mayoría absoluta al PP de
Mariano Rajoy, presidente del gobierno desde fines de 2011.
La
formación conservadora está procesada como persona jurídica por el
borrado de los discos duros de su ex tesorero Luis Bárcenas, quien
habría orquestado un vasto montaje de financiación ilegal.
Igualmente
están en curso dos macroprocesos que implican a numerosas figuras del
partido, el de la llamada 'trama Gürtel' y el de las 'tarjetas black'.
El primero concierne un esquema de apropiación ilícita de decenas de millones de euros de fondos públicos entre 1999 y 2005.
En el segundo, el ex
ministro de Economía del PP (1996-2004) y ex director gerente del FMI
Rodrigo Rato está acusado de dirigir un sistema de desvío de fondos,
cuando presidió las entidades bancarias Caja Madrid y Bankia, de 2010 a
2012.
Los 12 millones de euros presuntamente desviados por los 65
imputados (entre ellos varios empresarios, sindicalistas y un ex jefe de
la Casa Real) fueron a fiestas y artículos de lujo, algo sonrojante en
una España sometida a una estricta política de rigor en plena crisis
económica.
Igualmente, del lado socialista están imputados entre
otros los ex presidentes regionales de Andalucía Manuel Chaves y José
Antonio Griñán, por irregularidades en la concesión de multimillonarias
ayudas públicas.
La fiscalía anticorrupción pide seis años de cárcel y 30
de inhabilitación contra Griñán, predecesor en el cargo de Susana Díaz,
una de las figuras clave del PSOE en la actualidad.
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