BUENOS AIRES.- La secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, afirmó hoy que la "corrupción" y la falta de "transparencia" es un problema fundamental de la pérdida de confianza en la democracia y las instituciones en América Latina, además de lastrar el crecimiento económico.
Durante un
encuentro de expresidentes iberoamericanos, empresarios y académicos
celebrado en Buenos Aires, Grynspan apuntó que "será difícil" conseguir
"sociedades más prósperas" si no se restauran los vínculos entre
"gobernantes y gobernados".
En concreto, se refirió a los datos del último
Latinobarómetro, que reveló que América Latina es la región "más
desconfiada del mundo" (ocho de cada diez habitantes confiesan que no
confían en el otro).
Aunque no es el "único", "la
corrupción y falta de transparencia" es un "problema central" en este
asunto, consideró Grynspan durante su intervención en un panel titulado
"La ética de las instituciones".
A esto se une que la
sociedad actual es "mucho menos tolerante" con estos problemas y con la
"desigualdad" y se ha vuelto mucho más activa, gracias en gran parte a
los cambios tecnológicos.
"Es una sociedad con más
voz pero también es una sociedad con más instrumentos. Un celular en
manos de un ciudadano en este momento es un instrumento que posibilita
documentar y probar actos de corrupción de los que antes no teníamos
conocimiento. Esto ha hecho que la corrupción sea un acto mucho más
visible", remarcó.
Además se mostró convencida de que
la corrupción lastra el "crecimiento" económico a largo plazo, si bien
puntualizó que a veces en el corto plazo los efectos no se notan,
incluso al contrario.
Por ello hay que empezar a
pensar que "el corto y el largo plazo empiezan al mismo tiempo" para que
no ocurra que "uno se come la piña" pero es a "otro al que le duele la
panza".
En un contexto de transformación de las
sociedades, las instituciones no están cambiando a la misma velocidad
para dar "respuestas", señaló, y el problema no es solo la corrupción
financiera sino también el ejercicio sesgado del poder.
Hay, según Grynspan, una "percepción de los ciudadanos de que las
decisiones del sistema político están sesgadas hacia grupos minoritarios
de la sociedad.
"Los resultados de ese ejercicio son injustos y por tanto promueven desigualdades inaceptables", prosiguió.
En la lucha contra este problema, valoró los esfuerzos de cooperación
latinoamericana que se han dado recientemente, como el intercambio de
experiencias realizado en el marco de la Convención Interamericana
contra la Corrupción.
En el panel, moderado por el
exministro de Justicia español Alberto Ruiz-Gallardón, Grynspan estuvo
acompañada por el politólogo argentino Natalio Botana, quien alertó de
que la corrupción puede dar lugar a una reacción "jacobina".
"En estos momentos de cambio, de mutaciones civilizatorias, reaparece
la corrupción como un tema antiguo con las mismas características que
tenía cuando aristóteles pensó el problema", expuso.
"Se ha transformado en un actor político (...). Afecta directamente a la
crisis de las élites, la crisis de la mediación de las democracias
representativas", indicó el politólogo.
Anteriormente, en la introducción del tema, Ruiz-Gallardón había
repasado como los problemas de representación y desafección ciudadana
están en el origen de fenómenos como el de Donald Trump en Estados
Unidos o el de Marine Le Pen en Francia.
"El motor en
estos momentos del movimiento antiliberal-populista es negativo, no es
proactivo, es en contra de las élites", subrayó.
En
este encuentro, organizado por la fundación Círculo de Montevideo y el
grupo empresario argentino Werthein, participan, entre otros, los
expresidentes Julio María Sanguinetti (Uruguay), Felipe González
(España), Fernando Henrique Cardoso (Brasil) y Ricardo Lagos (Chile).
Durante las dos jornadas de trabajo se debatieron temas como la
revolución tecnológica, el auge del populismo en Europa y Estados
Unidos, la situación en Venezuela, y las oportunidades que ofrece el
escenario internacional actual para América Latina, especialmente si
México, Argentina y Brasil logran una voz conjunta que represente a la
región aprovechando su participación en el G-20.
La
conclusión estuvo encabezada hoy por la vicepresidenta argentina,
Gabriela Michetti, quien insistió en la importancia de que la región
piense soluciones colectivas para poder ofrecerse como "alternativa" al
mundo.
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