BERLÍN.- Berlín y Bruselas decretaron recortes y reformas para salir de la
crisis, y España se ha convertido en paradigma del éxito de ese modelo
en Europa: el PIB crece a ritmos del 3% y el paro ha caído del 26% al
16%. Pero el informe social de la Comisión Europea alerta de los niveles
de desigualdad y del riesgo de pobreza que aquejan a la economía
española, que se sitúan "entre los más altos de la UE" pese a la
despampanante recuperación. Bruselas critica la temporalidad y una
política social "inconsistente", con menor poder de redistribución que
en el resto de la UE, tal como recoge El País, de Madrid.
El ministro Luis de Guindos se marchará un día de estos a Fráncfort como
vicepresidente del BCE con un relato deslumbrante de la salida de la
crisis española. España ha saneado sus bancos. Crece por encima de la
media europea. Ha rebajado 10 puntos el desempleo desde máximos. Lleva
cinco años acumulando superávits comerciales gracias a las
publicitadísimas reformas laborales, de pensiones, de todo tipo. Todo
eso es cierto. Pero el informe social de la Comisión Europea, al que ha
tenido acceso este periódico y que se presenta hoy en Bruselas, relata
la cara b de esa recuperación.
Y deja un puñado de cifras mucho menos
llamativas: el estudio destaca que España redujo el año pasado
mínimamente la desigualdad y los niveles de pobreza, que a pesar de la
recuperación siguen "entre los más elevados" de la UE. Y subraya las
"vulnerabilidades" de España: básicamente, niveles de deuda pública,
privada y exterior estratosféricos, que pueden poner la economía
española en terreno pantanoso si suben los tipos de interés.
Bruselas, en fin, alerta de que la recuperación es desigual:
no ha llegado a todos los bolsillos en la misma medida. Pero aun así no
cambia de recetario: "La fuerte recuperación española es una
oportunidad para revitalizar las reformas", arranca el estudio.
A pesar
del fuerte crecimiento del PIB y del empleo, "la productividad crece
lentamente, y la fuerte segmentación del mercado laboral [con un
incremento continuo de los contratos temporales] y la inconsistente
política social dan como resultado un estancamiento de la desigualdad en
niveles elevados".
Esa tendencia puede resumirse con un dato: el 20%
más rico gana en España 6,6 veces más que el 20% más pobre, diferencia
que se sitúa entre las más abultadas de la Unión Europea.
El estudio ofrece un dato malo por cada dato positivo del
que presume el Gobierno. Pero sobre todo deja la impresión de que el
Ejecutivo ha hecho sus deberes solo a medias.
Desequilibrios macro: ligera mejoría, pero vulnerabilidad.
"La reducción de los desequilibrios macroeconómicos registra progresos,
pero los altos niveles de deuda externa, privada y pública suponen que
las vulnerabilidades siguen ahí", cita el informe. El desempleo también
mejora, pero Bruselas afirma que el insoportablemente alto nivel de
contratos temporales (el 26,8%, entre las peores cifras de la UE) tiene
"impacto negativo tanto en la productividad como en la cohesión social".
Recomendaciones específicas a España: progresos "limitados".
Bruselas hizo recomendaciones a España de índole fiscal, para el
mercado laboral y para asegurar la inversión en I+D y la unidad de
mercado. Los progresos, en todas las áreas, son "limitados". Se ha
mejorado el marco fiscal y los contratos públicos, pero sin alardes: la
Comisión no ve "riesgos inmediatos de estrés fiscal", aunque sí "riesgos
elevados a medio plazo".
Bruselas ve algún progreso en la coordinación
entre los servicios de empleo, pero critica los escasos avances en los
inventivos para los contratos fijos y en la puesta en marcha de los
esquemas de renta garantizada, y alerta de los limitados progresos en la
implementación de la ley de unidad de mercado y en las inversiones en
I+D. Aplaude, eso sí, la reducción de las emisiones de gas y el avance
en los objetivos de energías renovables.
Trabajadores pobres. Lo más sabroso del informe es el
análisis del mercado laboral y sus consecuencias sobre los indicadores
sociales, en los que España sale mal parada. "La situación social mejora
pero tanto la desigualdad como el riesgo de pobreza siguen siendo muy
elevados", resume, con especial hincapié en las altas tasas de abandono
escolar, de pobreza infantil y de paro juvenil.
"El uso generalizado de
contratos temporales afecta negativamente a la productividad y a la
desigualdad, particularmente entre los jóvenes y los trabajadores de
baja cualificación", que siguen teniendo "alto riesgo de pobreza". Los
incentivos para aumentar los contratos fijos no han funcionado, critica
Bruselas, que prevé incrementos salariales "modestos" en 2018 y 2019, y
en todo caso inferiores a la media europea.
El 27,9% de la población española está en riesgo de pobreza:
al arrancar la crisis, allá por 2008, esa cifra era del 23,8%. La renta
per cápita ha crecido menos que el PIB desde que empezó la
recuperación: la desigualdad experimenta una leve mejoría pero
evoluciona con más lentitud que la recuperación y sigue siendo una de
las más elevadas de la Unión. Las razones son "las altas tasas de paro y
la segmentación del mercado laboral", según Bruselas, que deja un
último rejón: el sistema fiscal y los beneficios sociales en España
"tienen un poder redistributivo bajo respecto a la media europea":
reducen la desigualdad en torno a un 34%, frente a una media europea del
40%.
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