sábado, 5 de noviembre de 2011

El régimen sirio libera a más de 550 detenidos pero mantiene la represión

DAMASCO.- El régimen sirio liberó este sábado a más de 550 personas detenidas durante la represión del movimiento de contestación, como primera señal del cumplimiento del plan árabe para resolver la crisis, pero prosigue con sus sangrientas operaciones de seguridad en el país.

Estas liberaciones fueron anunciadas después de que la Liga Árabe llamara a aplicar su plan en Siria, aceptado por Damasco, y advirtiera de una "catástrofe" en el caso de que continúe la violencia.
Los opositores sirios, que siguen pidiendo la dimisión del presidente Bashar al Asad, y los países occidentales expresaron sus dudas de que el régimen llegue a aplicar el plan que aceptó el 2 de noviembre, sobre todo porque desde ese día la represión se cobró más de 50 vidas.
Este plan prevé el cese total de la violencia, la liberación de las personas detenidas durante la represión, la retirada del ejército de las ciudades y la libre circulación de los observadores y de los periodistas internacionales, antes de la apertura de un diálogo entre el régimen y la oposición.
Alrededor de "553 personas detenidas durante los hechos en Siria y que no tienen sangre en las manos fueron liberadas", anunció la agencia oficial Sana, que recalcó que estas liberaciones tuvieron lugar con motivo de la fiesta musulmana de Al Adha.
Sana dio cuenta además de "la liberación reciente de otros 119 detenidos", sin dar detalles.
Las asociaciones sirias de defensa de los derechos humanos y la ONU cifran en varios miles el número de personas detenidas en la represión de la revuelta lanzada el 15 de marzo. Y más de 3.000 resultaron muertas, según Naciones Unidas.
El viernes, las autoridades prometieron una amnistía a las personas en posesión de armas que se entreguen a la policía hasta el 12 de noviembre "si no han cometido asesinatos".
Pero Estados Unidos, que sigue pidiendo la renuncia de Asad, "no aconseja a nadie entregarse a las autoridades del régimen en este momento".
Esta declaración ha irritado al régimen sirio, que denunció "injerencias" de Washington, al que acusa de "apoyar el terrorismo practicado por los grupos armados".
Tanto la oposición como Occidente están convencidos de que el régimen de Asad ha perdido su credibilidad reprimiendo cruentamente la revuelta tras haber prometido reformas que no ha llegado a concretar y liberado a sólo cientos de detenidos en junio pese a haber anunciado una amnistía general.
Sin ir más lejos, este sábado las fuerzas del régimen continuaron con sus operaciones de rastreo y dispersaron por la fuerza varias manifestaciones.
Al menos tres civiles murieron por impactos de bala en Homs (centro) y cuatro "milicianos" prorrégimen perdieron la vida en enfrentamientos con presuntos desertores en Saraqeb (noroeste), según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
Además, los servicios de seguridad detuvieron el jueves a la abogada Asma Sasa, y el director de cine Nidal Hasan desapareció en Damasco, según la Liga Siria de los Derechos Humanos.
"El fracaso de la solución árabe tendría consecuencias catastróficas para la situación en Siria y la región", previno el jefe de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, que instó "al gobierno sirio a tomar medidas inmediatas para aplicar el plan árabe".
Arabi hizo estas declaraciones tras un encuentro en El Cairo con una delegación del Consejo Nacional Sirio (CNS), que reagrupa a la mayoría de la oposición siria.
Según el número dos de la Liga Árabe, Ahmed Ben Hilli, Asad dispone de dos semanas desde la fecha en que aceptó el plan para entablar un diálogo con la oposición, o sea hasta el 16 de noviembre.

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