SANÁ.- Una comisión yemení encargada de la desmilitarización de Saná ha dado 48 horas a los grupos insurgentes y a los leales al saliente presidente yemení, Alí Abdulá Salé, para que se retiren de la capital, tras meses de luchas armadas.
La presencia de activistas armados en Saná, desafiando una norma aprobada a finales de diciembre, muestra la dificultad de las autoridades a la hora de restaurar la normalidad en Yemen desde que comenzaron las protestas antigubernamentales a principios de 2011.
Combatientes opositores a Salé y tropas de la Guardia Republicana dirigidas por el hijo del presidente siguen desplegados en varias zonas de Saná. El plazo dado por las autoridades comienza el jueves por la mañana, aunque no se ha explicado si este nuevo ultimátum será más efectivo que el anterior.
La comisión no tiene forma de hacer cumplir la orden, aunque fuentes gubernamentales aseguraron a Reuters que el organismo pretende pedir ayuda a la comunidad internacional para que presione a todas las partes que rechazan retirarse.
La institución anunció que se comenzará a desbloquear las calles y que cualquier persona que intente detener estas labores, "responderá" ante la justicia.
Este miércoles, varios supuestos integrantes de Al Qaeda dispararon contra un autobús con personal de los servicio de Inteligencia en la localidad de Adén, en el sur del país, en un ataque en el que han muerto una persona y cinco resultaron heridas.
Según una fuente de los servicios de seguridad, "las huellas de Al Qaeda parecen estar detrás del accidente". Dos de los heridos están graves.
Según el plan del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) firmado por Salé en noviembre, la oposición y el gobernante Congreso General del Pueblo (GPC) deben formar una coalición para dirigir el país hasta que se celebren elecciones presidenciales en febrero. El Parlamento yemení debe aprobar todavía el acuerdo del CCG que ofrece inmunidad para Salé y su familia.
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