GINEBRA.- El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Políticos, Lynn Pascoe, ha elevado este martes ampliamente el cálculo aproximado de víctimas mortales por la represión del Gobierno en Siria y ha dicho que podría estar "muy por encima de 7.500".
Hasta ahora, Naciones Unidas siempre había mantenido un balance de muertos por debajo del de algunos activistas que sí habían advertido de más de 7.000 fallecidos desde marzo del año pasado, fecha en la que arrancó la revuelta contra el régimen de Bashar al Assad.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, había declarado que 5.400 personas perdieron la vida el año pasado por acciones de las fuerzas leales al Gobierno sirio. En las últimas semanas el asedio sobre determinadas zonas, principalmente la ciudad de Homs, se ha intensificado y, con él, cada día diversas organizaciones informan de decenas de muertos más.
El responsable de Asuntos Políticos de Naciones Unidas ha admitido ante el Consejo de Seguridad que existen "informaciones creíbles" que ponen de manifiesto que "el balance de víctimas supera con frecuencia los cien civiles al día". Entre estos muertos, ha lamentado, figuran "muchas mujeres y niños".
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