DAMASCO.- Las fuerzas gubernamentales sirias continuaron ayer viernes su represión de la revuelta popular contra el régimen de Bashar al Asad que dejó 23 muertos en una jornada de grandes manifestaciones, aunque la oficina del emisario Kofi Annan estimó que el plan de paz estaba "en camino".
La sangrienta represión provocó la muerte de 23 civiles (entre ellos dos niños) en Alepo (norte), Homs, Hama (centro), Idlib (noroeste), Deir Ezzor (este) y en la región de Damasco, de acuerdo con la entidad opositora Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Las marchas de protesta también fueron reprimidas a tiros en los
barrios de Jobar y Al Assali, en Damasco, donde numerosos manifestantes
fueron arrestados, según el Comité Local de Coordinación que apoya la
revuelta popular.
Como cada viernes desde marzo de 2011, miles de manifestantes
desfilaron en diversas ciudades ante un llamado de los militantes
prodemocracia, para reafirmar su apoyo a la revuelta popular con la
consigna: "Nuestra lealtad (a la revuelta) es nuestra salvación".
"Siria quiere la
libertad", "Siria sangra", "Bashar, vete", eran algunas de las
consignas que podían leerse en las pancartas de los manifestantes en
Arbine, cerca de Damasco, mientras que militantes divulgaron en la red
internet videos sobre manifestaciones similares en Homs, Qamichli
(noroeste), Idlib (noreste) y Deraa (sur).
"Resistiremos aunque ellos ocupen todos los lugares", dijeron
militantes en Deraa en alusión a las operaciones realizadas por el
ejército en varias ciudades. "El pueblo quiere la muerte de Bashar",
gritaba la multitud en Idlib.
Las manifestaciones tienen lugar habitualmente a la salida de las
mezquitas luego de las oraciones semanales, a pesar de la represión y la
militarización de la revuelta.
El jueves, las fuerzas de seguridad realizaron un ataque contra la
ciudad universitaria de Alepo, en un operativo que provocó la muerte de
cuatro estudiantes y terminó con 200 detenidos luego de una
manifestación opositora. El ataque forzó a la Universidad a suspender
sus clases hasta el 13 de mayo.
"Nos reunieron frente al dormitorio de las muchachas y nos obligaron a
desnudarnos. Nos arrastraron, y luego caminaron sobre nosotros
profiriendo insultos", dijo el estudiante Abu Taym, de 22 años.
Según Taym, algunos estudiantes prefirieron arrojarse del tercero o cuarto piso "antes que ser arrestados".
La persistencia de episodios de violencia llevó a los gobiernos de
Estados Unidos y Francia a expresar una vez más sus dudas sobre la
voluntad del gobierno de Al Asad de respetar el alto el fuego acordado
como parte del plan de paz elaborado por Annan.
En tanto, el portavoz de Annan en Ginebra dijo que el plan de paz en
Siria estaba "en camino".
"Hay pequeñas señales. Ciertas armas pesadas
han sido retiradas, otras permanecen (...), algunos actos de violencia
han disminuido, otros se mantuvieron", dijo el vocero.
"Una crisis que se inició hace más de un año no puede ser resuelta en
un día o una semana", dijo, para añadir que Annan informará al Consejo de Seguridad de la ONU el 8 de mayo sobre la puesta en marcha del plan de paz.
Para el general Robert Mood, jefe de la misión de observadores de la
ONU en Siria, es el ejército el que debe dar el primer paso para detener
la violencia. El militar noruego visitó Idlib, donde la acción de los
observadores será reforzada, según informó la televisión siria.
En total, más de 600 personas -en su mayoría civiles- murieron en
Siria desde el cese formal del fuego, y más de 10.000 desde el inicio de
la revuelta, según el OSDH.
El número de observadores encargados de verificar el respeto del cese
de las hostilidades llegará a 100 en un mes y a 300 en el futuro, según
una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
El plan de paz elaborado por Annan incluye también la liberación de
detenidos, el derecho de manifestarse públicamente y la libre
circulación de la prensa y de ayuda humanitaria.
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