LISBOA.- La indignación de la ciudadanía portuguesa por el crecimiento galopante del desempleo y la reducción de salarios, jubilaciones e indemnizaciones por despido, acompañados de una carga fiscal en aumento, ha hecho que los portugueses encuentren formas innovadoras de protesta de gran convocatoria. El común denominador es no optar por la violencia. Una mezcla de ingenio, humor y nostalgia de un pasado mejor constituyen la fórmula que han encontrado grandes de la sociedad para mostrar su indignación ante la debacle económica y social.
En poco más de un año y medio de gestión del gobierno conservador, el
desempleo ha subido del 11 al 16,9 por ciento de la población
económicamente activa, el producto interior bruto se redujo un 3,2 por
ciento en 2012 y un cuarto de los 10,6 millones de portugueses ya
bordean la línea de la pobreza y de la exclusión social.
Pintar murales, un hábito muy difundido hace tres décadas y
posteriormente abandonado, ha cobrado fuerza nuevamente. Centenas de
jóvenes utilizan la pintura y las paredes de edificios urbanos de norte a
sur del país como forma de protesta a las opciones de políticas de
corte neoliberal a las que apeló el gobierno del primer ministro Pedro
Passos Coelho. «La democracia no es solo votar cada cuatro años»,
arguyen.
Un ejemplo es la avenida Marquês da Fronteira, una de las principales
arterias de Lisboa, donde decenas de personas convocadas por la
Associação de Combate à Precariedade (Asociación Combate a la
Precariedad) y Precários Inflexíveis
(Precarios Inflexibles) se congregaron el domingo 24 para pintar
grandes murales alusivos a la crisis en un ambiente de fiesta y
solidaridad. También esas dos organizaciones de la sociedad civil llaman
desde grandes murales a manifestarse este sábado 2 de marzo, sin
intervención de partidos políticos ni sindicatos.
Otra forma de protesta se inició en las galerías del edificio del
parlamento el 15 de este mes, cuando un grupo de personas que asistían a
los debates, encabezadas por el conocido cantautor Carlos Mendes, de
improviso comenzaron a entonar «Grândola Vila Morena», la canción
símbolo de la revolución democratizadora del 25 de abril de 1974, que
depuso la dictadura instaurada en 1926.
«Grândola Vila Morena»
fue escogida por los capitanes izquierdistas del ejército portugués
para avanzar sobre Lisboa y deponer a Marcello Caetano, sucesor de
António de Oliveira Salazar y del general Manuel Gomes da Costa, las
tres cabezas de la más larga dictadura europea del siglo XX (1926-
1974).
La acción en el parlamento fue producto «de un grupo de activistas el
día del plenario quincenal, que interrumpimos el discurso del primer
ministro cantando 'Grândola' en el preciso momento en que estuviese
respondiendo el partido de gobierno», dijo Mendes a IPS. «Todo comienza
en el cuadro de acciones programadas para llamar la atención del pueblo
contra la austeridad criminal impuesta», añadió.
Mendes hizo especial hincapié en que «no hubo insultos ni palabras de
orden, solamente se cantó, y el representante máximo del gobierno debió
callarse ante la fuerza de un coro de voces que entonaban 'Grândola
Vila Morena'».
En los 10 días trascurridos desde la acción en el hemiciclo, todas
las actividades del primer ministro y de los miembros del gobierno, en
cualquier punto del país, encuentran manifestantes que interrumpen sus
discursos entonando esa canción símbolo.
Otra modalidad de protesta se cristalizó hace dos semanas, cuando el
fisco comenzó a recibir facturas electrónicas conteniendo el nombre y
número de identificación fiscal (NIF) del ciudadano contribuyente Pedro
Passos Coelho, una acción posible, ya que la ley no faculta a los
comerciantes a pedir identificación al emitir el documento.
Esta ha sido la respuesta al decreto del gobierno, que obliga desde
este año a pedir factura personificada, con NIF y nombre completo, hasta
para los consumos mínimos, tales como un café o un refresco. Antes solo
existía el recibo fiscal, que al ser emitido desde una máquina
registradora servía como declaración automática de impuestosde los
comerciantes. Ahora se trata de recaudar el máximo de impuestos también
al consumidor.
A fines de la semana pasada, el sitio en Internet de recaudación
fiscal comenzó a colapsarse debido a que en las últimas dos semanas
ingresaron miles de facturas electrónicas con el nombre y NIF del primer
ministro y, al parecer, nada detendrá esa catarata de envíos.
La operación de protesta fue lanzada en las redes sociales a través
de una página en Facebook (as faturas do coelho), y también circula por
correo electrónico y mensajes de texto en los que se incluyen los datos
de Passos Coelho y de los ministros Vítor Gaspar, de Finanzas, Miguel
Relvas, de la Presidencia del Consejo, y Paula Teixeira da Cruz, de
Justicia.
La cuenta «as faturas do coelho» (las facturas de Coelho) es
consecuencia «de un movimiento mucho más grande y que va mucho más allá
de una página en Facebook», señala uno de los organizadores. Sus
integrantes declinan identificarse como personas singulares, porque
«nosotros no tenemos un nombre por detrás de esta página y, por lo
tanto, no prestamos declaraciones a título individual».
Este portavoz explicó que «la cuenta no personaliza la acción ni
otorga mérito a quien se le ocurrió crearla, sino a toda la ciudadanía,
la que todos los días protesta de esta forma creativa, acabando por
contribuir también con el combate al déficit». «Esta página de Facebook
continuará contribuyendo con humor, para que esta acción prosiga»,
añadió, para luego revelar que los registros de las máquinas de las
grandes superficies comerciales están bloqueados por el uso excesivo de
NIF de gobernantes, ya que en esos lugares «uno de cada tres clientes
realiza compras en nombre del primer ministro».
La acción es «un movimiento mucho más representativo de los
ciudadanos de lo que el primer ministro quiere hacer creer en su
discurso», describió, si bien «él tiene razón al decir que un árbol no
hace un bosque». «Sin embargo, nosotros, el pueblo indignado, somos cada
vez más el bosque».
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