ESTAMBUL.- La Policía antidisturbios ha comenzado a
abandonar la céntrica plaza de Taksim y el parque Gezi de Estambul tras
dos días de violentas protestas contra la demolición del lugar, donde
ahora miles de personas han podido acceder tras horas de bloqueo
policial.
La manifestación derivó en violencia ante las tácticas empleadas
por la Policía turca contra la pacífica sentada contra la construcción
de un centro comercial en la zona, según informan los medios turcos.
Este sábado, más de 500 personas se han enfrentado contra la
Policía en el puente del Bósforo cuando intentaban acceder a la céntrica
plaza, antes de ser dispersadas con gases lacrimógenos y cañones de
agua, según informa el diario 'Hurriyet'.
En Ankara, varias personas han expresado ante el Parlamento su
oposición a la demolición del parque. Las protestas se han extendido a
Eskisehir, Mugla, Konya, Yalova, Anatolia y Bolu.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha reconocido este
sábado que la Policía empleó una fuerza excesiva en la represión de las
protestas.
"Hubo un error de la Policía al utilizar el gas pimienta. Sí. He
ordenado al Ministerio del Interior que lo investigue. Ha sido
excesivo", ha afirmado Erdogan durante una intervención ante la asamblea
general de la Asociación de Exportadores Turcos recogida por los medios
del país.
Sin embargo, también ha exigido el fin de las protestas. "Pido a
los manifestantes que pongan fin de inmediato a estas manifestaciones",
ha añadido el mandatario turco, que además ha asegurado que la Policía
no se retirará de la plaza, como piden los manifestantes. "La Policía
estaba allí y seguirá allí, en Taksim", ha matizado.
Erdogan ha explicado que las obras que se desarrollan en la plaza
no tienen nada que ver con el proyecto para construir una réplica del
Cuartel de Topçu que alojaría un centro comercial, un proyecto que el
mandatario ha asegurado que se mantendrá. "Vamos a reconstruir el
Cuartel de Topçu, pero las obras de ahora no tienen nada que ver con
esto", ha añadido. "Es injusto calificar a este gobierno de antiverde o
antiecologista", ha agregado.
En cualquier caso, ha reconocido el derecho a la manifestación en
Turquía, aunque ha argumentado que nadie tiene derecho a ocupar
permanentemente un espacio público. "Nadie tiene derecho a elevar la
tensión en este país con la acusación de que se están talando árboles",
ha dicho.
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