MADRID.- La situación social en España es cada
día más dramática, mientras que partidos políticos se reparten millones
de las arcas del Estado, mientras se subvencionan organizaciones de
dudosa valía o interés, millones de niños no comen como es debido en
nuestro país.
Izquierda Unida, que recibió en el
primer trimestre de 2013 una subvención del Ministerio del Interior de
591.201 euros (entre todos los partidos se repartieron 13 millones de
euros, más de la mitad el PP), a través de su portavoz, Gregorio Gordo,
en la Asamblea de Madrid, ha solicitado a la consejera de Educación,
Lucía Figar, abrir con carácter inmediato, los comedores escolares en
cuantos centros públicos sea necesario “con el fin de atender a los
niños para los que este servicio es imprescindible, pues de otra manera
no comerían”.
Nosotros entendemos hipócrita cualquier
petición de este tipo por parte de cualquier partido político que
disfrute del dinero público, aunque también aplaudamos que se abran esos
comedores ya que son extremadamente necesarios para muchos niños, y
familias completas. Pero es algo hipócrita y electoralista, si de verdad
tuvieran inquietudes humanas hacia los niños que están pasándolo tan
mal, cederían el dinero que reciben por parte del estado a esos niños,
para sufragar los gastos de esos comedores, o a dar becas de comedor a
niños cuyas familias no pueden alimentarlos como se debe, según 'Tribuna de Europa'.
De acuerdo con el indicador Arope, el
44,8 por ciento de los hogares unifamiliares españoles con hijos a cargo y el 28,7
con más de un adulto y menores está en riesgo de pobreza y exclusión
social en nuestro país.
La situación de malnutrición de miles de
niños es alarmante y es, o debe ser, prioridad nacional solventar esta
dramática situación.
En estos momentos los comedores
escolares de los centros públicos están cumpliendo una función social en
muchos casos garantizando que algunos niños con necesidades tengan
acceso a al menos una única comida al día suficiente y nutricionalmente
adecuada para su edad. El periodo vacacional no puede ser un impedimento
para seguir proporcionándole algo que está protegido en la Declaración
Universal de Derechos Humanos (artículo 25): la alimentación. Por encima
de la política, y sus gestores, está, los derechos básicos de la
infancia y el pueblo en su conjunto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario