MADRID.- España es el segundo país de Europa en el que
los consumidores realizan un menor esfuerzo económico para pagar el
agua urbana, situándose en el 63% de la media europea.
Estos datos, proporcionados por el Colegio de Economistas de
Madrid teniendo en cuenta el precio a pagar en relación con la renta
disponible, son bastante significativos teniendo en cuenta la condición
de España como el gran país europeo más árido y donde son necesarias
1.500 presas y otras grandes infraestructuras para aprovechar el 40% del
agua de lluvia.
Según señala la Asociación Española de Empresas Gestoras de los
Servicios de Agua a Poblaciones (Aga), estos datos proporcionan "otra
razón de mas para apoyar la colaboración publico privada", en cuyo marco
se produce esa "eficiente gestión" del servicio del agua en España.
Según ha explicado Aga, sus empresas asociadas se están
expandiendo internacionalmente, además de por "la atonía del mercado
interior", porque son capaces de ser competitivas, de resultar
adjudicatarias de importantes concursos a nivel global, hasta el punto
de estar suministrando agua a 100 millones de personas fuera de España.
"Una veintena de empresas españolas realizan actividades de
captación, desalación, abastecimiento, distribución, saneamiento,
depuración y reutilización por todo el mundo, hasta una cifra anual de
exportación del orden de los 2.000 millones de euros", ha señalado Aga
en una nota.
La asociación ha destacado que más de la mitad de esa actividad
internacional se desarrolla en América, pero también un 20% en Europa y
un 10% en África y Australia. El "buen hacer" de las empresas
españolas, genera además muchas oportunidades para otras empresas que
suministran equipo y componentes y para profesionales cuya
deslocalización de España "es mucho mas conveniente si se produce en la
actividad de una empresa española en el exterior".
Desde Aga, han recalcado la "paradoja" de que ese éxito exterior
se produzca de manera simultánea con los "injustificados y
puntuales acosos interiores" a la colaboración publico privada, cuando
en España, se paga por el agua "entre un tercio y un cuarto de las
medias europeas".
Según la asociación, la gestión mixta, sin cuestionar la
naturaleza pública del agua, se demuestra como "una buena fórmula para
proporcionar el esencial servicio del agua, en condiciones de seguridad
jurídica y equilibrio económico, especialmente en escenarios de
escasez de recursos públicos".
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