BUENOS AIRES.- El instituto oficial de estadísticas de Argentina
pasó de ser blanco de sospechas por manipulación de datos a sincerar
recientemente los índices de inflación y actividad económica, pero,
preso de sus propias cuentas, silencia ahora cuántos pobres hay en
realidad en el país.
Los datos sobre la pobreza y la indigencia correspondientes al
segundo semestre de 2013 debían darse a conocer el pasado miércoles,
pero el informe desapareció inesperadamente del calendario de difusión
del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y no fue
reprogramado.
Un día después, el organismo argumentó que canceló la difusión del
informe porque trabaja en nuevas metodologías para caracterizar de
manera "más eficiente" las condiciones socio-económicas de la población.
Los datos del Indec son seriamente cuestionados por consultoras
privadas y hasta por empleados del propio organismo desde que a inicios
de 2007 el ente introdujo cambios metodológicos en la medición de la
inflación.
Este año, el Indec ha presentado una nueva metodología para la
medición de los precios al consumidor y para el cálculo del Producto
Interior Bruto, dando lugar a un reconocimiento de tasas de inflación
mayores y niveles de expansión económica menores a los informados hasta
el año pasado.
La pobreza y la indigencia se miden a partir de cestas básicas de
alimentos y servicios cuyo valor se modifica mes a mes, impactado por la
inflación.
Precisamente, el Indec alegó que, debido a que existe un nuevo
cálculo de la inflación, tuvo que "discontinuar" la medición de la
pobreza que realizaba desde 1993, argumento rechazado por la oposición y
por técnicos independientes.
Para Cyntia Pok, exdirectora del Indec, la magnitud real de la tasa
de pobreza es tres veces mayor a lo que informa el organismo oficial,
que en su último informe aseguró que la pobreza en la población urbana
se situó en el 4,7 % durante el primer semestre de 2013, mientras que el
índice de indigencia se situó en el 1,5 %.
Según la experta, a partir de las bases de datos del propio ente, se
puede deducir que un 20% de los hogares del país tiene ingresos menores
al salario mínimo, que es de 3.700 pesos (462,5 dólares) anuales.
De acuerdo a los últimos datos disponibles, para el Indec hay 1,2
millones de pobres en los 31 conglomerados urbanos donde mide este
indicador.
Pero para organismos no públicos los pobres en Argentina son en
realidad entre 10 y 15,4 millones, sobre una población total de 40
millones, y van en aumento a medida que la inflación come el bolsillo de
los argentinos.
Por ejemplo, para el Observatorio de Datos Económicos y Sociales de
la Confederación General del Trabajo, el índice de pobreza tocó un 30,9 %
a enero pasado.
"No difundieron los datos porque no se animan a reconocer que la
pobreza está en 30 % como piso", aseguró el economista y diputado
opositor de izquierda Claudio Lozano, quien dirige el Instituto
Pensamiento y Políticas Públicas.
Para esta entidad, la pobreza es del 36,5 % y la indigencia es del
12,1 %, con 1,8 millones de argentinos que cayeron bajo la línea de la
pobreza en 2013.
"La inflación hace que la capacidad de compra sea menor y los pobres
el mayor gasto que tienen mensual es el alimento. Esto los afecta de
manera particular y eso hace que estemos atravesando en algunos sectores
una pobreza que duele", dijo el titular de la Comisión Pastoral Social
de la Conferencia Episcopal Argentina, Jorge Lozano.
Según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, la tasa de pobreza ronda el 27,5 %.
"No hay ninguna duda de que la reducción de la pobreza y la
indigencia en Argentina en los últimos años ha sido drástica por el rol
preponderante del Estado", afirmó el jefe de Gabinete argentino, Jorge
Capitanich, en respuesta a las críticas.
Según las cifras oficiales, la pobreza ha disminuido progresivamente
desde el 57,5 %, el máximo que se registró en octubre de 2002, tras el
estallido de la última crisis económica, una de las más severas que ha
vivido el país.
Por la falta de datos actualizados, la diputada Patricia Bullrich
(Unión Pro, centroderecha) pidió que el ministro de Economía, Axel
Kicillof, de explicaciones en el Parlamento.
"Este Gobierno no tiene vergüenza: negar la pobreza es de
miserables", aseveró la economista y exdiputada opositora Fernanda
Reyes, para quien el Ejecutivo de Cristina Fernández, desde 2007 en la
Presidencia, "usan a los pobres y los quiere convertir en fantasmas".
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