GINEBRA.- La Organización Internacional del Trabajo
(OIT) estima que el desempleo mundial se situó en algo menos de 200
millones de personas en 2013 y escalará en 3,2 millones más en 2014.
En la última edición de su 'Informe sobre el Trabajo en el Mundo',
la organización cree que, teniendo en cuenta las actuales tendencias,
para 2019 se alcanzarán los 213 millones de parados en el mundo y que la
tasa de desempleo se mantenga en el actual 6% hasta 2017.
Concretamente, las tasas más elevadas se localizarán en el norte
de África y en Oriente Medio, con cifras del 12,3% y el 11,1%,
respectivamente este año.
Por su parte, el mayor incremento se registrará en los países
centrales y del sur de Europa, así como en los del antiguo bloque
soviético, donde el desempleo llegará al 8,3% en 2014.
Por otro lado, el informe indica que en los próximos cinco años
accederán al mercado de trabajo unos 213 millones de personas durante
los próximos cinco años, de los que unos 200 millones pertenecerán a
países en desarrollo, lo que podría tener un "significativo" impacto
sobre los flujos de migración.
"La migración sur-sur está en auge y más trabajadores están
abandonado las economías avanzadas, en particular los países europeos
gravemente afectados por la crisis, en búsqueda de oportunidades en los
países en desarrollo", precisa.
Sin embargo, la OIT alerta de que, a pesar de que se está
produciendo una convergencia económica entre los países en desarrollo y
las economías avanzadas, "los problemas sociales y de desempleo siguen
siendo agudos en la mayor parte de los países emergentes y países en
desarrollo".
En cifras, más de la mitad de los trabajadores en el mundo en
desarrollo, cerca de 1.500 millones de personas, se encuentran en una
situación laboral vulnerable.
"Estos trabajadores tienen menos posibilidades que los
trabajadores asalariados de acceder a modalidades de trabajo formales,
contar con protección social o tener ingresos regulares", explica la
OIT.
Más aún, 839 millones de trabajadores en los países desarrollados,
cerca de un tercio del total, ganan menos de dos dólares americanos al
día, el equivalente a menos de 1,5 euros.
En este escenario, la OIT cree necesario poner en marcha
"políticas de diversificación económica, medidas para facilitar la
formalización y la expansión de las empresas y el cumplimiento de las
normas del trabajo".
"La diversificación económica no es posible sin medidas activas
para abordar la productividad baja en la agricultura y en las pymes, las
condiciones de trabajo deficientes y las tasas elevadas de trabajo
informal", prosigue.
Además, el informe avisa de que "una negociación colectiva bien
concebida puede repercutir positivamente en la distribución de los
ingresos, abordando al mismo tiempo la informalidad y las trampas de
baja productividad".
Por último, la OIT asegura que la protección social ayuda a
reducir el efecto de la pobreza, las desigualdades y el empleo
vulnerable. "Una protección social bien diseñada favorece las
competencias individuales para acceder a mejores empleos", sentencia.
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