MADRID.- Aunque el PSOE más institucional se muestra dispuesto a seguir
ejerciendo de soporte de la Monarquía parlamentaria que alumbró la
Constitución de 1978, el ruido interno es lo suficientemente audible
como para que Alfredo Pérez Rubalcaba considerara oportuno lanzar un mensaje contundente. Todo lo contundente que su condición de
secretario general vapuleado le permite.
El líder de la oposición
defendió que su partido fue protagonista de un "consenso constitucional"
que ha permitido una "larga historia de estabilidad y de progreso" de
la que se siente muy "orgulloso" y que no va a "romper" ahora.
Sus palabras trataban de acallar las voces que, dentro del PSOE, se
han apuntado a la ola nacida entre las fuerzas de izquierda a favor de
un referéndum sobre la República o que han intentado cabalgar sobre ella
con cierta ambigüedad, pero no lo lograron.
No son solo las Juventudes
Socialistas o la debilitada corriente de Izquierda Socialista, que ya el
mismo lunes participaron de la convocatoria de una manifestación masiva
en todas las ciudades de España, también el PSC de Barcelona y algunas
de las corrientes críticas con la ejecutiva de Pere Navarro, el PSOE de
Pontevedra, el de Vitoria, o el de las islas Baleares han reclamado una
consulta sobre la forma de Estado.
El PSOE votará a favor de la sucesión en las Cortes Generales y, por
si acaso, la direccción del grupo parlamentario ya ha dejado claro que
no tiene la más mínima intención de dar libertad de voto a sus
diputados; que, por otra parte, es lo habitual.
"Lo que no puede ser
-dicen fuentes socialistas en la Mesa del Congreso- es que en un momento
de confusión nosotros contribuyamos a crear más confusión". "Defiendo
el Estado de derecho y la Constitución", ha dicho, por su parte, la
presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.
El Gobierno les ha puesto las cosas fáciles porque lo que van a votar
las cámaras es la abdicación del Monarca; o sea, que un no significaría
que Juan Carlos I siga reinando. La proclamación de Felipe VI como tal
no será sometida a aprobación. Se entiende derivada de la propia
Constitución que establece claramente quién es el heredero al trono.
El caso es que el alma republicana del PSOE campa por sus fueros más
que nunca ahora que tiene un liderazgo interino. El 27 de julio celebra
su congreso extraordinario. Al rescate de Rubalcaba, como refuerzo de
autoridad, salieron así los expresidentes socialistas del Gobierno,
Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Este último argumentó en La Sexta no es miedo, sino coherencia lo que impide a su formación
apoyar el referendo. "Cumplir la Constitución es lo más republicano",
dijo tras recordar la historia de su abuelo fusilado.
González recurrió en la Cadena Ser a palabras del histórico líder
socialista Indalecio Prieto para sostener que al PSOE no le gustaba la
Monarquía porque a la Monarquía no le gustaba la democracia, cosa que
cambió con Juan Carlos I. Dicho esto, también exigió a quienes exigen
poder votar qué tipo Jefatura de Estado tiene España que sean
«demócratas» e intenten lograr la mayoría necesaria para reformar «las
reglas de funcionamiento».
Eso, una reforma de la Constitución es lo
que, a jucio de líderes territoriales como Pere Navarro, del PSC, o de
Ximo Puig, del PSPV, se impone ahora que el Rey ha dado paso a otra
generación. Dicen que abierto el melón debe poder discutirse todo, pero
matizan que sustituir la Monarquía no es su prioridad.
Preguntada por un posible referéndum, la presidenta de la Junta de
Andalucía, Susana Díaz, ha asegurado: "defiendo el Estado de derecho y
la Constitución".
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