MADRID.- Podemos, la formación que lidera Pablo Iglesias, afirma
que pueden llegar al gobierno con un discurso "de excepción" para una
"una situación de excepción". Creen que "ahora" es el momento de poner
en marcha "una máquina política, discursiva y electoral" y argumentan que el tiempo les "desgasta" y les asienta como "un actor más" en el sistema de partidos "en recomposición".
En un documento titulado 'La crisis del régimen de 1978, Podemos y
la posibilidad del cambio político en España", la formación de Pablo
Iglesias habla de una crisis "que va más allá de la deslegitimación de
las élites políticas y que afecta a componentes centrales del sistema
político y la institucionalidad, de la articulación territorial del
Estado, del modelo de desarrollo y el equilibrio entre grupos sociales
bajo la primacía de los sectores dominantes".
Podemos, que se presenta en el documento como "una fuerza 'outsider' y sin hipotecas", se fija como objetivo "estar a la altura de la inmensa ola de expectativas y esperanzas"
que ha generado, aprovechando una serie de elementos que le ofrecen
"una oportunidad política difícilmente mejorable en un contexto no
revolucionario".
Pero reconoce que esa posición que lo convierte
en "un claro referente de la dicotomía 'nuevo/viejo'" es "hasta cierto
punto difícil de mantener en el tiempo" cuando su política no sea sólo
de "construcción de voluntad de cambio" sino que "se enrede en la
gestión, sus necesarias transacciones y compromisos".
"El mero
paso del tiempo nos desgasta y nos asienta como un actor más en un
sistema de partidos en recomposición, abocándonos a una estrategia de
lento crecimiento en un escenario ya estabilizado", de manera que es en
este momento de "descomposición" cuando Podemos debe intentar convencer a los españoles de que "hace falta un gobierno nuevo al servicio de la gente", insiste.
Tras
admitir que "esta maniobra puede no darse de inmediato ni en
solitario", Podemos afirma que su estilo y su perspectiva le pueden
permitir "llegar al Gobierno postulando un discurso de excepción para
una situación de excepción", y que a esa orientación habría que adaptar
"el tipo de organización, la política de alianzas y el marco
estratégico" de sus iniciativas.
"Tenemos por delante un año y medio que va a ser decisivo en la historia de nuestro país"
por los distintos procesos electorales que se van a ir sucediendo, y es
necesario construir "una máquina política, discursiva y electoral" que
esté "en disposición de aprovechar la ventana de oportunidad" para
"contribuir decisivamente a la construcción de una voluntad popular
nueva para el cambio político en favor de las mayorías sociales",
subraya.
Podemos se ha marcado el objetivo de aprovechar la
"crisis del régimen de 1978" y la erosión del bipartidismo antes de que
el PSOE se recomponga con un nuevo líder y de que el Gobierno del PP
presente "tímidas 'evidencias'" de una recuperación económica, según
consta en un preborrador de ponencia política para la Asamblea Ciudadana
del próximo otoño hecho público por el partido.
El 15-M y el "ciclo de luchas" inauguradas
por este movimiento "contribuyeron a articular una parte de las
insatisfacciones" de la ciudadanía ante esa crisis, pero "no alteraron
los equilibrios de fuerza electorales e institucionales", señala. Ahora,
Podemos se enfrenta al reto de "ser capaz de articular esos
descontentos y sus identidades".
Sin
embargo, el documento previene contra "los análisis excesivamente
optimistas con respecto a la crisis orgánica del régimen de 1978",
indicando que la crisis política puede tener mucha menor duración que la
económica. "No tenemos todo el tiempo del mundo. Una buena parte de la
contestación social hoy existente deriva de una 'crisis de expectativas'
que ya no se repetirá para las siguientes generaciones", advierte.
A
juicio de Podemos, las elecciones europeas del pasado 25 de mayo
evidenciaron la "erosión" de PP y PSOE. Pero, aunque considera que la
crisis del PSOE "abre oportunidades políticas para una nueva mayoría",
también cree que si este partido "se recompusiera siquiera parcialmente
de su desprestigio y sus problemas internos y postulase un nuevo líder
con pocos vínculos simbólicos con el pasado, podría recuperar parte del
espacio perdido y estrechar así las opciones para una fuerza de ruptura
democrática".
La otra "amenaza" que ve la formación de Iglesias
para la "expansión de la ruptura" es que el Gobierno consiguiese una
"reoxigenación" mediante la presentación de "tímidas 'evidencias' de que
las medidas de ajuste nos han hecho pasar ya lo más duro y que se
avecina la recuperación".
Aun
así, el preborrador subraya que esos comicios "han mostrado que hay
posibilidades de una nueva mayoría" en un escenario en el que Podemos
"ha irrumpido como una nueva fuerza política con mucha mayor fuerza de
la que reflejan los números" (1.245.000 votos). La constatación de esa
fuerza es lo que, a su entender, lo ha convertido en "el objeto
prioritario de los ataques del PP, del PSOE y del oligopolio mediático".
Ataques con los que pretenden que no se hable de los problemas de España, sino de "situaciones o actores de otro tiempo o que están a miles de kilómetros de distancia",
intentando que Podemos "no hable más que para defenderse" y que se
vincule al partido con la "'extrema izquierda', ignorando la diversidad
de sus votantes y simpatizantes", explica.
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