MADRID.- El diputado de IU Alberto Garzón ha acusado hoy al PP y a CiU de organizar "una farsa" alrededor
de la consulta sobre la independencia de Cataluña por intereses
partidistas y ha reclamado diálogo para hacer posible que las
comunidades autónomas consulten a sus ciudadanos.
Garzón se ha pronunciado así al ser preguntado por la posibilidad de que se aplace el referéndum convocado para el 9 de noviembre si el Tribunal Constitucional no la permite.
El parlamentario de IU ha acusado al PP y a CiU de "escenificar que están en desacuerdo" en temas fundamentales, "cuando en realidad han estado de acuerdo en el Congreso en prácticamente todo".
No
obstante, ha recalcado que esa "farsa" no va a ocultar "que hay una
reivindicación del derecho a decidir", por lo que ha demandado al
Gobierno de España que se siente con el de Cataluña y establezcan "un dialogo claro y sincero".
Garzón
ha apostado por modificar la Constitución para permitir a las
comunidades autónomas ejercer consultas y ha opinado que sería
"antidemocrático" negarse a esa pretensión, pues "desde los principios
democráticos es imposible negar eso".
El parlamentario ha
recordado que IU defiende un modelo federal, pero es partidaria de la
autodeterminación y del derecho a decidir.
Se trata, ha dicho, "de dar la palabra al pueblo para que diga cómo se quiere organizar",
no sólo respecto a España, sino también respecto "a las grandes
fortunas y empresas" o en economía, de adaptar las instituciones a lo
que la gente demanda y abrir "la oportunidad de salir de la crisis de
forma democrática y justa".
Por contra, ha acusado al PP de hacer "transformismo",
es decir, usar una demanda de los ciudadanos que consideran que la ley
electoral es injusta para "hacerla más injusta" con la reforma que
pretende para impulsar la elección directa de los alcaldes.
"Un
pucherazo" como el que ha cometido la presidenta de Castilla-La Mancha,
María Dolores de Cospedal, en ese territorio que "refleja el miedo a
perder el poder político en muchos municipios".
Por ello, ha
prometido que su formación hará cuanto esté en su mano para impedirlo,
desde la convicción de que toda reforma que se aleje del principio "una
persona, un voto" tiene como intención "hacer un pucherazo".
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