Que no, que los que manifiestan su intención de votar a
Podemos, al partido del de la coleta, como se conoce popularmente a
Pablo Iglesias, no conocen el programa. Ni siquiera tienen idea de cómo
gobernarían en el hipotético caso de que ganara las elecciones, difícil
aún. Pero media España, la media España que no roba, que no se lleva
comisión del tres por ciento como los Pujol y compañía, la media España
que paga sus impuestos mientras otros cotizan en SICAV (sociedades de
inversión de capital variable) al uno por ciento de sus riquezas, pues
eso, esa media España está cabreada.
El
nivel de corrupción política que cada día salpica en todos los
noticiarios ya los ha vacunado. Sí, cada día amanecemos con nuevos casos
de corrupción, en el pesoe, en los sindicatos, en los empresarios, en
el pepé, en los altos cargos que han gobernado Cataluña desde hace más
de treinta años. Los españoles ya no creen en nada y por eso, si alguien
dice que va a acabar con la corrupción, de forma contundente y sin
complejos, cosa que no han manifestado ni Rajoy ni el nuevo líder del
pesoe, Pedro Sánchez, pues eso, que están dispuestos a votar a un joven
con pinta de radical que parece decidido a liarla.
Tras
la última encuesta del CIS, cuyos resultados se han publicado ahora, y
que se realizó antes del escándalo catalán, y de que saliera elegido
Pedro Sánchez nuevo secretario general del socialismo, queda claro que
los indignados están en aumento y que el bipartidismo tiene sus días
contados. Y lo más preocupante, pero no menos lógico, que el pesoe puede
quedar relegado a los votos de los militantes y no militantes que pisan
moqueta gracias al partido, o que comen gracias al partido, o que
tienen subsidios gracias al partido. Vamos, que se van a reducir a los
votos cautivos, y poco más.
Pues
no. Queda claro que los votantes de Podemos no tienen puñetera idea del
programa, pero están cabreados. Y con tal de que alguien la líe de una
vez con los miles y miles de corruptos que vienen robando desde hace
treinta años, pues se sienten satisfechos. Tiempo habrá para exigir a
los nuevos héroes que además de echar a los golfos deben trabajar para
que España se recupere. Pero lo tienen fácil. Si logran que los
corruptos dejen de robar, a lo mejor salimos de la crisis de un día para
otro.
Porque son
muchos, muchísimos, los miles de millones que cada año desaparecen en
comisiones, impuesto revolucionario y demás actos vergonzosos que nos
empobrecen. Y nos han empobrecido sin que el actual gobierno, ni el
anterior, ni el anterior del anterior, hayan siquiera tratado, por
decencia, frenar. No se han atrevido porque todos han robado. Y mucho.
Después del escándalo de caso Pujol, ya no hay que creer en nada.
(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com
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