LA HABANA.- Cuba dice que la política de Washington fomenta los viajes
ilegales al asegurarle a los cubanos un derecho especial en sus
fronteras que no es concedido a ninguna otra nacionalidad: si llegan a
suelo estadounidense pueden permanecer en el país, los que son
interceptados en el camino son devueltos a la isla.
Las autoridades de Estados Unidos dijeron que 14.000 cubanos
llegaron sin visados hasta la frontera con México en los últimos once
meses, la mayor cantidad en una década.
El viaje desesperado que terminó mal no es un caso aislado, dicen los residentes de Manzanillo, un pueblo de casas coloniales con más de 130.000 habitantes en la provincia de Granma que vive de la pesca y de los cultivos de arroz y caña de azúcar.
Los vecinos calculan que cuatro o cinco botes con hasta 30 pasajeros parten de este estrecho infestado de tiburones en las semanas en las que el clima es favorable.
Sólo en el último mes han sido detenidos 31.000 cubanos en el mar por la guardia costera de Estados Unidos, según las autoridades de ese país.
Los viajeros más jóvenes que se embarcaron en el desventurado bote -que tenían entre 16 y 40 años- pagaron el equivalente de entre 400 y 600 dólares cada uno por la travesía de poco más de 1.000 kilómetros. La tarifa incluía la construcción de la embarcación, el combustible y los víveres.
El aumento de cubanos haciéndose a la mar desde varios puntos del país muestra la fragilidad de las reformas económicas ordenadas por el presidente Raúl Castro para legalizar la agricultura independiente y los pequeños negocios, reconstruyendo poco a poco un sector desmantelado por la revolución cubana de 1959.
La partida de personas desde el este de Cuba es incómoda para los líderes cubanos porque la región es famosa por haber sido el punto de partida para la revolución de 1959 lanzada desde la cercana Sierra Maestra.
La provincia fue bautizada por el yate "Granma" que en 1956 llevó a un grupo de 82 rebeldes liderados por Fidel Castro desde México hasta las costas cubanas para encabezar una revolución contra el dictador Fulgencio Batista.Una conmovedora misa por las víctimas fue celebrada el viernes en la principal iglesia católica de Manzanillo, donde se rezaron plegarias "por todos los que se sienten con la necesidad de encontrar otro país para vivir", urgiendo a los que quieren partir a que busquen "las vías más seguras para sus vidas".
Y también hubo una oración para las autoridades cubanas, "para lograr el necesario progreso material y espiritual".
Los familiares de los sobrevivientes están pidiendo a las autoridades mexicanas que no los deporten de nuevo a Cuba, y que les permitan seguir su viaje a la frontera con Estados Unidos.
El viaje desesperado que terminó mal no es un caso aislado, dicen los residentes de Manzanillo, un pueblo de casas coloniales con más de 130.000 habitantes en la provincia de Granma que vive de la pesca y de los cultivos de arroz y caña de azúcar.
Los vecinos calculan que cuatro o cinco botes con hasta 30 pasajeros parten de este estrecho infestado de tiburones en las semanas en las que el clima es favorable.
Sólo en el último mes han sido detenidos 31.000 cubanos en el mar por la guardia costera de Estados Unidos, según las autoridades de ese país.
Los viajeros más jóvenes que se embarcaron en el desventurado bote -que tenían entre 16 y 40 años- pagaron el equivalente de entre 400 y 600 dólares cada uno por la travesía de poco más de 1.000 kilómetros. La tarifa incluía la construcción de la embarcación, el combustible y los víveres.
El aumento de cubanos haciéndose a la mar desde varios puntos del país muestra la fragilidad de las reformas económicas ordenadas por el presidente Raúl Castro para legalizar la agricultura independiente y los pequeños negocios, reconstruyendo poco a poco un sector desmantelado por la revolución cubana de 1959.
La partida de personas desde el este de Cuba es incómoda para los líderes cubanos porque la región es famosa por haber sido el punto de partida para la revolución de 1959 lanzada desde la cercana Sierra Maestra.
La provincia fue bautizada por el yate "Granma" que en 1956 llevó a un grupo de 82 rebeldes liderados por Fidel Castro desde México hasta las costas cubanas para encabezar una revolución contra el dictador Fulgencio Batista.Una conmovedora misa por las víctimas fue celebrada el viernes en la principal iglesia católica de Manzanillo, donde se rezaron plegarias "por todos los que se sienten con la necesidad de encontrar otro país para vivir", urgiendo a los que quieren partir a que busquen "las vías más seguras para sus vidas".
Y también hubo una oración para las autoridades cubanas, "para lograr el necesario progreso material y espiritual".
Los familiares de los sobrevivientes están pidiendo a las autoridades mexicanas que no los deporten de nuevo a Cuba, y que les permitan seguir su viaje a la frontera con Estados Unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario