MADRID.- Ciutadans no quiere acuerdos puntuales con UPyD
sino una alianza electoral nacional, y aunque no hay condiciones
previas en la negociación que mantienen desde hace un mes, el partido
catalán descarta "prácticamente" la vía de pactos parciales, asegura el
vicesecretario general, José Manuel Villegas.
Y casi lo descarta porque el
producto resultante sería algo "emborronado" y "difícilmente
entendible", e insiste en apostar por una tercera fuerza "alternativa"
fuerte y con un mensaje claro.
Precisamente es la opción que menos seduce a la formación de UPyD,
más partidaria, si llega el caso, de alcanzar acuerdos parciales o
institucionales que de ir juntos de la mano a las elecciones del año que
viene, pero Villegas no cree que haya nada decidido y se muestra
moderadamente optimista.
Hace unos meses, recuerda, UPyD no se planteaba siquiera iniciar
conversaciones con Ciutadans y de hecho en su último congreso decidió
concurrir en solitario a las elecciones, pero ahora, al menos, ya existe
un marco negociador que "ya se verá a dónde lleva", dice el dirigente
de Ciutadans.
De momento, aparte del primer encuentro entre Rosa Díez
y Albert Rivera, el pasado 23 de septiembre, se ha celebrado una
primera reunión del grupo de trabajo que se creó para tal fin y la
semana que viene podría celebrarse en Barcelona una segunda, aunque aún
está por concretar.
En esta corta andadura de un idilio buscado por Ciutadans, esta
fuerza política ha constatado sin duda diferencias con UPyD dentro de
que ambas organizaciones se mueven en el mismo espectro ideológico, pero
"no insalvables".
Lo que les aleja, en todo caso, es "negociable" y se puede subsanar,
asegura Villegas al referirse, por ejemplo, a alguna divergencia de tipo
programático o a la distribución de competencias.
Quizá lo que UPyD no pase tanto por alto -porque ya ha hecho algún
comentario de desagrado- es el hecho de que los dos eurodiputados de C's
votaran a favor del presidente de la Comisión Europea, Jean Claude
Juncker, algo que sentó mal a la dirección de UPyD, ya que era contraria
a apoyar al candidato conservador.
Sin embargo, Villegas argumenta que "aún no siendo entusiastas de
Juncker", no creen que haya una alternativa mejor y por eso le votaron,
pero también lo hicieron -recalca- dos de los cuatro eurodiputados de
UPyD.
Entre ellos, el que era el portavoz en Europa, Francisco Sosa Wagner,
quien, justamente, dejó su escaño y el partido la semana pasada ante el
"acoso" y los insultos que aseguró sufrir desde que apostara
públicamente por pactar con Ciutadans, un proyecto que siempre ha
levantado ampollas en el entorno de Rosa Díez.
No obstante, Sosa Wagner llevó la cuestión hasta los límites de una
áspera polémica interna que culminó con un consejo político
extraordinario del que salió lo más parecido a una posibilidad de
pactar. Y a esa posibilidad se agarró Albert Rivera.
Otra de las cosas que UPyD ha reprochado a Ciutadans estos días es
que dos concejales de esta formación en el municipio de Gimenells
(Lérida) respaldaran con su abstención la celebración de la consulta
soberanista de Cataluña.
Pero Villegas no podía estar más de acuerdo con el partido magenta y
afirma que a ellos tampoco les gustó nada. Y de hecho, los dos ediles
-que estaban como independientes- fueron inmediatamente expulsados del
grupo municipal.
Apenas quedan siete meses para la primera cita con las urnas del año
que viene, las municipales y autonómicas, y a Ciutadans -afirma
Villegas- le interesa "agilizar" este proceso de entendimiento y cerrar
"lo antes posible", si es que finalmente es viable, un acuerdo.
Dejando al margen el escaso entusiasmo que provoca en el "núcleo
duro" de Rosa Díez esta idea, el dirigente catalán insiste en que no
aprecia escollos de envergadura que impidan llegar a un acuerdo con UPyD
y recalca que el único interés que les mueve es forjar una alternativa
potente para impulsar la regeneración democrática y afrontar los cambios
necesarios en las bases del sistema.
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