Lo que le faltaba al gobierno de Mariano Rajoy. Tras el
desafío secesionista catalán, el detalle de las tarjetas negras de
Bankia que repartía Miguel Blesa, nombrado presidente de la institución
sólo por ser amigo de José María Aznar, y tantos y tantos casos de
abusos de la clase política, pues salta el primer caso de contagio del
ébola en Europa. Precisamente a una auxiliar que atendió a los dos
enfermos que, por razones políticas, fueron trasladados a este país en
un avión especialmente equipado. Dos costosos traslados desde Sierra
Leona de Miguel Pajares y Manuel García Viejo, que por desgracia sólo
sirvieron para que fallecieran a los pocos días en este país.
Porque
hablemos claro. Las autoridades sanitarias desaconsejaron las
repatriaciones por poco eficaces dado que el tratamiento en España no
era mejor que en Sierra Leona, entre otras cosas, porque no existe
medicamento o tratamiento eficaz. Pero Rajoy necesitaba un plus de
popularidad y cedió a las presiones para que se realizaran ambas
operaciones. Muy costosas, inútiles según se ha demostrado, y peligrosas
como advirtieron en su dia las autoridades sanitarias.
Lo
que le faltaba al gobierno de Mariano Rajoy es este primer caso de
contagio del ébola en Europa. Porque seguro que tras este culebrón que
hoy se pone en marcha la prensa británica alarmará a sus súbditos
desaconsejando que elijan este país para sus vacaciones. Y los países
competencia pues tres cuartos de lo mismo. Así que a Mariano Rajoy, a
quien las encuestas le ponen casi tras los de Podemos, sólo le falta que
lo dejen embarazado.
Y
como siga fumándose un puro y sin ponerse serio, será el primer
presidente de la reciente historia que no repetirá mandato. Y máxime
después de que en su día los ciudadanos le dieran una cómoda mayoría
absoluta para que rehiciera los entuertos de ocho años de Zapatero. Para
que diera un puñetazo en la mesa y acabara con la corrupción
generalizada. No ha hecho nada de lo que prometió y por eso ha perdido
la confianza. No ha tenido huevos para imponerse y terminar con esa
podredumbre que ya todos conocemos y no estamos dispuestos a soportar. Y
con el primer contagio del ébola en Europa, pues ya saben. La puntilla.
(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com
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