Me da en la nariz que las alcantarillas del Estado, los
servicios secretos, han hecho su trabajo y han pillado a Artur Mas. Era
fácil porque fue Consejero de Economía con Jordi Pujol desde el año 1997
al 2001, y luego consejero primero, durante dos años, también con ese
honorable presidente cuyo partido cobraba un tres, cuatro o cinco por
ciento de comisión a las empresas que hacían negocio con la Generalidad.
Y claro, el dinero deja rastro. Y para que don Jordi se lucrara de esas
comisiones, tenía que permitir que su equipo se llevara su parte.
Rajoy
pactó con Artur hacer cada uno su papel pero que la sangre no llegara
al río. Como así ha sido. Ambos presidentes han mantenido su papel, han
jugado con la ciudadanía que estaba atemorizada con la secesión que
ambos sabían no se iba a producir. Por supuesto que, lo vamos a ver con
estos ojitos que nos dio Dios, no se hará leña del tema Pujol y de los
dineros de Artur Mas que pudiera haberse llevado crudo, quedará oculto
en el baúl de las sospechas.
El
Estado siempre juega con ventaja. Tiene fontaneros, tiene espías, tiene
policías, fiscales y jueces, tiene abogados y todo un aparato imposible
de frenar. Es como una locomotora, que avanza imparable y muy pocas
veces, en su historia, descarrila. Descarriló con Felipe González,
porque ya era muy difícil tapar tanta y tanta corrupción. Ahora, esa
locomotora ha detenido, sin chocar, el movimiento secesionista que
preocupaba a nuestros vecinos europeos, mientras el inquilino de la
Moncloa, Mariano Rajoy, se fumaba un puro porque había sido el muñidor
del tongo.
Y
llegados a este momento podemos asegurar que toda esta comedia ha
servido para comprobar como funcionan, como actúan, las fuerzas cívicas y
económicas catalanas. Para comprobar como los empresarios de esa región
veían el harakiri secesionista y se callaban, como putas, porque no
querían incomodar al presidente Artur Mas. Porque han sido muchos los
cómplices de ese movimiento secesionista que ahora se ven descubiertos. O
a lo mejor había mucho pillo que se hacía el tonto sabiendo que no
habría secesión. Que todo era puro teatro.
(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com
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