MADRID.- Los profesores que denuncian problemas para dar clase por indisciplina de los alumnos han pasado del 23 al 25 % en un curso y
los que se plantean abandonar la profesión suben del 8 al 10 %, según
datos del informe anual del Defensor del Profesor del sindicato de la
enseñanza pública Anpe.
El 28 % de los 3.345 docentes que se dirigieron a este servicio en el curso 2013-2014 sufren acoso y amenazas por parte de padres de alumnos, cuando eran el 27 % un año antes, y se mantienen en el 1 % las agresiones.
El 19 % indicaron que fueron denunciados por las familias (17 % un curso antes) y se mantuvo en el 27 % los que padecen faltas de respeto de los estudiantes aunque bajan del 18 al 16 % los que reciben acoso y amenazas.
Las acusaciones falsas procedentes
de alumnos y padres subieron del 20 al 22 % y aumentaron también los
que aseguran que reciben presiones para aumentar las notas, del 7 al 9
%, y que son objeto de crítica por medio de las nuevas tecnologías y las
redes sociales del 6 al 7 %, muchas veces de forma anónima e impune.
El 7 % reciben agresiones de alumnos y el 14 %, insultos, un punto más que hace un año.
De
esta manera, pasan del 50 al 57 % aquellos que dicen sufrir ansiedad y
del 16 al 17 % los que padecen depresión, aunque las bajas laborales
continúan en el 10 %.
El 24 % asegura que no se siente el respaldo de la dirección del
centro o la administración correspondiente en este tipo de problemas y
14 % denuncia falta de apoyo de la Inspección Educativa.
De todas
las consultas, mayoritariamente telefónicas, el 40 % son de enseñantes
de Primaria, proporción que supera por vez primera a los de Secundaria
(39 %).
Esto significa que son los padres los que toman
protagonismo en las actitudes contra el profesorado, al tratarse de
alumnos de menor edad en la Primaria, según el informe.
En conferencia de prensa, el presidente de ANPE, Nicolás Fernández Guisado, ha afirmado que los "recortes" en educación han tenido una incidencia directa "negativa" en la calidad escolar.
Se
ha referido a un "caldo de cultivo" que incide en un "aumento de la
conflictividad" en las aulas y un "retroceso" o "estancamiento" de la
convivencia en comparación con los últimos años.
Ha comentado que
se han relajado las normas de convivencia, que hay que actualizar, hay
menos profesores en los centros, se tarda más tiempo en cubrir las bajas
médicas (10 días) y "aumenta" el número de alumnos por aula para
concluir que es "más difícil" mantener el orden.
Ha constatado que
suben las conductas "disruptivas" del alumnado que impiden dar clase
con normalidad y que el estado anímico de los profesores ha empeorado.
El docente como autoridad pública
Ha insistido en que los casos más graves se traten como delitos y
no como faltas y ha pedido el desarrollo reglamentario ya de la Lomce
en sus previsiones sobre la consideración del docente como autoridad
pública y la presunción de veracidad.
"Esta ley es un parche y se
ha limitado a cambiar medias académicas y organizativas y ha olvidado el
papel del profesorado", ha dicho.
Ha señalado que muchos
conflictos sociales tendrían una prevención mejorando la formación, pues
ha citado datos de la Fiscalía para decir que en torno al 80 % de los
jóvenes delincuentes tuvieron un pasado de fracaso escolar.
También ha denunciado que el Observatorio Estatal de Convivencia Escolar está "paralizado" desde hace tres o cuatro años.
El
presidente de ANPE de Madrid, Francisco Melcón, ha asegurado que en
esta comunidad hay centros donde no se aplican en sentido estricto las
normas de convivencia.
Ha reconocido que las leyes autonómicas que
reconocen al profesorado como autoridad pública y la presunción de
veracidad de estos contribuyen a mejorar la convivencia, pero debe haber
también medidas preventivas a través de la educación.
Violencia machista
Sobre la violencia machista, ha señalado que es un fenómeno que preocupa en tanto en cuanto está "relacionada" con la violencia escolar, ha indicado.
La
coordinadora del Defensor del Profesorado, Inmaculada Suárez, se ha
referido a problemas que "inciden en la salud" del profesorado por
sentir "indefensión e impotencia".
El aumento de los alumnos por aula dificulta el desarrollo normal de las clases y de la convivencia escolar, ha subrayado.
La falta de respaldo que sienten los docentes por parte del centro, de las administraciones y de los padres los convierten en profesores "plastilina", que se adaptan a las circunstancias para no tener problemas y miran hacia otro lado.
Cuando un alumno hostil comprueba que no se aplican las normas de convivencia, se vuelve más osado, ha dicho.
También ha lamentado el "exceso" de protección que reciben los hijos por parte de algunos padres.
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