Ya está claro que el bipartidismo está finiquitado. En las
próximas, la izquierda se desangra y los millones de votos cautivos del
pesoe parece que huyen. Y como no podía ser de otra forma, también
Izquierda Unida se desmorona. El gran beneficiado, lo dicen todas las
encuestas, es el partido Podemos, de Pablo Iglesias, cuyo discurso
denunciando la casta que va alternándose en el poder desde hace más de
treinta años, ha calado en una ciudadanía hastiada de tanta corrupción y
político colocado.
Y
en esas se las tenían felices los del pepé, porque la caída del pesoe
les garantizaba volver a ganar y disfrutar otros cuatro años del poder.
Pero les ha salido un grano. Y un grano que parece que crece y crece y
les va a mermar votos, quizá los suficientes para no poder gobernar y a
ver como se las componen. Porque resulta que Albert Rivera, líder de
Ciudadanos, se está convirtiendo en alternativa seria. Con un discurso
que agrada a la ciudadanía, muy similar al de Rosa Díaz, con igualdad de
derechos y deberes de todos los españoles y acabar con los privilegios
que tienen arruinada a media España.
A
lo mejor estamos en los comienzos de una nueva generación de políticos
que tiene más vergüenza que los que nos han gobernado hasta la fecha.
Que visto el panorama, parece que sólo se han dedicado a colocarse,
asignarse sueldos vitalicios, privilegios, a gastar como ricos mientras
por el caminos se han dejado cuatro millones de parados de los que sólo
se acuerdan en las campañas electorales para pedirles el voto. No hay
que perder de vista a Ciudadanos. No.
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