Vientos de diversas frondas baten las
tierras hispanas, desde los páramos castellanos a los olivares
andaluces, pasando por los viñedos catalanes. Es el rebufo que producen
las siempre agitadas manifestaciones de Podemos que levanta polvaredas y
solivianta los ánimos hasta ese momento sometidos a apacibles rutinas.
Con Podemos llega el escándalo, la tribulación, el barullo y, pasado el
ciclón, los autóctonos ven que las cosas ya no serán como antes.
La
primera experiencia de este tipo se hizo en Cataluña en donde Podemos
puso rostro multitudinario a una opinión que no encajaba en los dos
bandos enfrentados, independentistas/unionistas. Hubo hasta piques
personales y, al final, ha quedado sembrada la duda de qué posición
final adoptarán los novísimos de la izquierda española en el contencioso
catalán.
Después, los hijos de Marx y el 15M pusieron rumbo al Sur, al mezzogiorno
gramsciano. Como el de un repentino pedrisco de verano, el impacto ha
sido considerable, entre otras cosas porque Andalucía es España, es
decir, no hay más nacionalismo que el español y en ese se entienden
todos, a diferencia de Cataluña.
El
primer resultado del impacto ha sido la enésima fragmentacion de IU.
Las gentes de la CUT, de Sánchez Gordillo y Diego Cañamero, se han
pasado a Podemos que ya les ha reservado cinco puestos de un total de
35, creo, en el órgano directivo. Dos observaciones:
Primera:
repartirse los puestos de los órganos en negociaciones de las cúpulas
no parece algo enteramente concorde con la filosofía de Podemos. Supongo
que habrá protestas. El discurso de la organización, todavía en
ascendencia lúdico-vital, tropieza una y otra vez con el principio de la
realidad. Y la realidad parece decir que las asambleas sirven para todo
lo que se quiera pero que las decisiones las toman las elites.
Segunda:
prosigue el triste desmigajamiento de IU. A este paso va a llegar a las
elecciones de mayo en estado terminal. La batalla que se vive en la
organización de Madrid a cuenta del enfrentamiento en Rivas forma parte
del mismo escenario, aunque sin respetar la regla de la unidad de acción
porque los conflictos en Madrid y Andalucía son muy distintos.
Pero
eso es lo de menos. Lo de más es la audacia de la ocasión. Está
perfectamente expresado en ese lema de "el momento es ahora". Una
trivialidad, pero poderosamente movilizadora. Si en Cataluña Podemos no
consiguió perfilarse del todo entre el independentismo y el unionismo,
en Andalucía aspira a hacerlo porque el momento es ahora en
que, como claramente expuso Iglesias -que es siempre meridiano-,
Sánchez, el dirigente socialista, está desnortado, entre Atenas, a donde
no va porque nadie lo llama y Washington, en donde lo llaman pero se
pierde por el camino. Es el momento. Hay que aprovecharlo.
La audacia del ahora
consiste en ir a reñir al PSOE su baluarte andaluz en su propio
territorio. El lider hizo acto de seduccion, pero no está claro qué
efecto tenga ese andalucismo impostado del que los andaluces suelen
desconfiar. Tuvo además una referencia denigratoria para la
presidenta que requiere verificación y actuación en consecuencia. Si es
cierto que Susana Díaz hizo la llamada a la televisión andaluza y
prohibió la entrevista al coletas debiera dimitir. Si no lo es,
Iglesias debiera disculparse precisamente porque es cierto que los
medios públicos no pueden ser cortijo de nadie. De no ser así se
generalizará la impresión, ya muy presente en las redes, de que Iglesias
ha ido al Sur a ofender a los andaluces. Y eso no es un acierto.
De todas formas está bien que Andalucía haya sido el punto en que se ha lanzado la convocatoria de la manifa del 31 que, en forma de marcha sobre Madrid, promete ser también uno de esos episodios que mueven masas, entusiasmos, pasiones.
La verdad es que, en comparación con este empuje movilizador, los demás partidos parecen negociados tranquilos de la administración pública.
De todas formas está bien que Andalucía haya sido el punto en que se ha lanzado la convocatoria de la manifa del 31 que, en forma de marcha sobre Madrid, promete ser también uno de esos episodios que mueven masas, entusiasmos, pasiones.
La verdad es que, en comparación con este empuje movilizador, los demás partidos parecen negociados tranquilos de la administración pública.
No hay comentarios:
Publicar un comentario