ATENAS.- El Parlamento griego investigará a diez de los políticos más destacados del país después de que hayan sido acusados de aceptar sobornos de la farmacéutica suiza Novartis a cambio de apoyar una campaña de vacunación que causó graves pérdidas económicas al sistema público de salud griego.
Tras un intenso debate parlamentario de 20 horas, los parlamentarios
votaron el jueves a favor de crear una comisión parlamentaria cuya única
tarea consistirá en investigar a dos ex primeros ministros (Andonis
Samaras y Panagiotis Pikrammenos) y ocho exministros.
Entre los políticos que acusados de recibir sobornos y dar un trato preferente a Novartis destacan
el gobernador del Banco de Grecia, Yannis Stournaras, el actual
comisario europeo de Migraciones, Dimitris Avramopoulos, y el ex primer
ministro, Andonis Samaras.
"No vamos a encubrir" [los
posibles sobornos], ha indicado Alexis Tsipras, sucesor de Samaras, al
Parlamento: "El pueblo griego debe saber quién utilizó el dolor y la
enfermedad ajenos para enriquecerse".
Fuentes del
Gobierno de izquierdas de Tsipras han señalado que se trata del peor
escándalo por sobornos desde que se fundó el Estado griego moderno hace
casi doscientos años. Con el escándalo, ha vuelto el fantasma de la
inestabilidad política en un momento en el que la mayoría tenía la
esperanza de que el país ya estaba recuperando la normalidad tras muchos
años de caos.
Los diez políticos implicados negaron
rotundamente estas acusaciones de soborno durante el debate
parlamentario y muchos de ellos pronunciaron ante la cámara discursos
emotivos y en tono indignado.
Stournaras, exministro de Hacienda, afirmó que estas acusaciones no son más que "mentiras asquerosas".
Panagiotis Pikrammenos, que durante el momento más álgido de la crisis
lideró un Gobierno provisional durante un mes, intentó reprimir las
lágrimas cuando afirmó que las acusaciones son "mentiras y calumnias
inaceptables".
Se espera que la comisión parlamentaria, integrada por 21 diputados
de varios partidos políticos, se constituya de forma inminente. Será
competente para determinar si las acusaciones de soborno, incumplimiento
del deber y lavado de dinero son ciertas para cada uno de los acusados.
Estas acciones tienen unas condiciones de prescripción muy estrictas.
Conforme a la ley griega, el Parlamento debe investigar a los políticos
cuando se les acusa de haber cometido alguna irregularidad para que se
pueda iniciar la vía judicial.
Pocos dudan de que se
cometieran irregularidades. Un informe confidencial elaborado por
fiscales anticorrupción con la ayuda de las autoridades estadounidenses
estima que entre 2006 y 2015 Novartis pagó sobornos por valor de hasta
50 millones de euros a políticos griegos para promover sus productos.
Asimismo, más de 4.500 médicos están acusados de mala praxis.
Según las alegaciones, la farmacéutica no solo pagó sobornos sino
también vacaciones y regaló electrodomésticos a los médicos que
recomendaban sus medicamentos a los pacientes. Casi todas las denuncias
proceden de testigos anónimos, que se encuentran bajo protección
gubernamental y que fueron citados en el informe.
Con
pérdidas de alrededor de 4.000 millones de euros para el sistema de
salud publico griego, este escándalo habría desempeñado un importante
papel en la crisis económica del país.
Tsipras afirma
que se trata de un ejemplo típico del viejo sistema político corrupto
anterior al que los griegos deben dar la espalda. Sin embargo, las
irregularidades en la investigación y la sospecha de que el Gobierno ha
interferido en ella para beneficiarse políticamente han provocado
acusaciones de caza de brujas.
Samaras ha denunciado
que estas acusaciones son una "conspiración ridícula" diseñada por
Tsipras para contrarrestar su baja popularidad en vísperas de las
elecciones generales del año próximo. Derrotado en las elecciones de
2015 por el líder de Syriza, Samaras ha anunciado que emprenderá
acciones legales.
"Pocos casos han conseguido dividir
nuestra vida política como lo ha hecho este", indica el analista
político Pantelis Kapsis. "Ha deteriorado las relaciones entre
políticos. Mi principal temor es que genere inestabilidad política en un
momento muy delicado para Grecia, solo unos meses antes de que termine
el programa de rescate y de su regreso a los mercados".
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