lunes, 6 de febrero de 2012

Mimi Alford, la becaria que perdió la virginidad con Kennedy

WASHINGTON.- Los secretos cada vez duran menos; a la gente cada vez le cuesta más mantener la boca cerrada, más aún si se trata de una confidencia sobre un personaje importante. Por eso extraña el silencio de Mimi Alford, una mujer que durante 50 años no se atrevió a soltar el bombazo que vivió en su adolescencia: perdió la virginidad con el ex presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy.

Así lo asegura la que fuera becaria en la Casa Blanca durante los años 60 en un libro titulado “Érase una vez mi secreto. Mi ‘affair’ con John F. Kennedy y sus consecuencias”. Según su testimonio, Alford habría mantenido un affair con el expresidente durante 18 meses.

Todo comenzó en verano de 1962, cuando a los cuatro días de entrar en el departamento de prensa de la residencia del presidente, fue invitada a darse un baño en la piscina donde Kennedy solía nadar todos los días. Allí empezó todo. Poco después, se volvieron a ver las caras en una fiesta. Unas copas después del inicio se produjo el paseo, y tras el paseo llegó el sexo entre ambos en una habitación utilizada ni mas ni menos que por Jackie Kennedy, su mujer

-No has hecho esto antes
-No
-Estás bien
-Sí


Fueron, según Mimi, las últimas palabras antes de perder su virginidad. “Cuando terminó, se subió los pantalones y me sonrió. Estaba en shock; no pude resistirme; era deseada por el hombre más famoso y poderoso en EE.UU”, comenta en el libro Mimi Alford, que recuerda todo tipo de detalles del supuesto romance.

La entonces becaria recuerda también cómo Kennedy apenas se dirigía a ella ni la miraba cuando su mujer estaba presente. Siempre le llamaba ‘Señor Presidente’, incluso cuando estaban juntos en la cama, siempre según la versión de la protagonista, que cuenta también cómo llego a pensar que se quedó embarazada de JFK, llegando incluso a acudir a un doctor para abortar a pesar de que en aquella época era algo prohibido.

La experiencia de Mimi Alford con Kennedy no se queda solo ahí, sino que contiene pasajes más oscuros, como el vivido durante una fiesta en la mansión del legendario cantante Bing Crosby. Según la exbecaria, aquella noche JFK le obligó a esnifar popper, una droga comúnmente utilizada para estimular prácticas sexuales: “me negué, pero entonces acercó al frasco a mi nariz y no tuve más remedio; fue una sensación extraña; me asusté”.

Por si fuera poco y para acabar de explotar la traca, la atracción de Kennedy por Mimi no se limitaba solo a sus relaciones sexuales íntimas: al parecer, también la compartía con sus asistentes. Así ocurrió en la piscina de la Casa Blanca con David Powers, uno de sus personas más cercanas de gabinete, a quien le hizo una felación delante de las narices del propio ex presidente tras su misiva para que cuidara de sus amigos. “Estaba avergonzada… Me fui llorando de allí”.

Sean o no ciertas, las confesiones han incendiado a la opinión pública estadounidense, tan sensible siempre a todo lo que tenga que ver con la familia Kennedy y a la vida del ex presidente asesinado. Vistas las reacciones, es probable que Mimi se lleve también un buen pellizco de todo esto.

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