lunes, 6 de febrero de 2012

Nuevo asalto militar contra el bastión opositor sirio de Homs

DAMASCO.- Al menos 70 personas murieron el lunes en Siria, 42 de ellos en la región rebelde de Homs, donde el ejército lanzó un nuevo asalto, en un conflicto que crea tensión internacional tras el veto de Rusia y China en la ONU a un proyecto de condena a la represión.

Esta nueva ofensiva, denunciada por los opositores y desmentida por el régimen, se lleva a cabo la víspera de la llegada a Damasco del jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, cuyo país vetó una resolución de la ONU que condena la represión en Siria.
En total, la violencia en el país dejó al menos 70 muertos el lunes, de los cuales 66 civiles, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido. Cuarenta y dos civiles murieron en operaciones de las fuerzas del régimen en Homs (centro), según el OSDH que advirtió que el balance podría aumentar ya que muchos heridos están en condiciones críticas.
Tres oficiales murieron en el ataque a un retén militar en Idleb, anunció la agencia oficial Sana.
El ejército también lanzó un ataque contra la ciudad de Zabadani (noreste de la capital), dijo el Observatorio, y señaló que tres civiles murieron.
El OSDH también reportó muertes de civiles en Rastan, Hula y Qusair, todas ciudades de la provincia de Homs, así como en Sarghaya, cerca de Damasco, en la ciudad norteña de Alepo y en Idleb, noroeste del país.
El Consejo Nacional Sirio (CNS), principal coalición de la oposición, exhortó a la comunidad internacional a actuar rápidamente para "impedir una nueva masacre", tras el bombardeo que dejó más de 230 muertos en Homs, según los militantes, el sábado de madrugada.
El régimen negó haber bombardeado Homs y culpó de la violencia a "grupos armados", como lo hace desde el inicio de la revuelta hace cerca de 11 meses. Según los militantes, esta represión dejó al menos 6.000 muertos.
El lunes por la mañana, las tropas que cercan y atacan periódicamente Homs desde hace meses empezaron a bombardear con cohetes y obuses de mortero varios barrios de esta ciudad, apodada "la capital de la revolución", principalmente Baba Amro, Inshaat y Jaldiye.
"Es la primera vez que sufrimos un ataque así" en Baba Amro, declaró Omar Shajer, militante de ese barrio contactado en Beirut, quien habló de "un gran número de mártires".
No fue posible verificar estas informaciones con fuentes independientes debido a las fuertes restricciones impuestas a los periodistas extranjeros en Siria.
El CNS llamó a la comunidad internacional a "proteger a los civiles sirios de una guerra de exterminación encubierta por el silencio y la complicidad" de los que vetaron la resolución de la ONU.
Rusia y China opusieron el sábado en la ONU su veto a un proyecto de resolución presentado por Occidente y los Árabes de condena a la represión en Siria.
El veto provocó indignación en el mundo árabe, en Occidente y en el seno de la oposición siria.
Lavrov denunció el lunes la reacción "indecente e histérica" de Occidente explicando que Rusia vetó la resolución ya que no mencionaba la necesidad para la oposición de distanciarse "de los extremistas armados".
Moscú, aliada de Damasco, aseguró tener "la intención de hacer todo lo posible por estabilizar rápidamente" a Siria y favorecer la puesta en marcha de las "reformas democráticas indispensables", aunque la oposición se niega a negociar hasta que no abandone el poder el presidente Bashar al Asad.
Tras el fracaso de sus esfuerzos diplomáticos en la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron su voluntad de reforzar las sanciones contra Damasco, mientras que Londres reflexiona sobre "otros medios para hacer presión".
El gobierno británico llamó a consultas a su embajador en Damasco, mientas que Washington cerró su embajada y confió a Polonia la tarea de representarlo en Siria.
Por su parte, el presidente estadounidense, Barack Obama, se mostró contrario a una intervención militar.
"Es importante resolver (la crisis) sin recurrir a una intervención militar exterior y pienso que es posible", declaró el mandatario a la NBC.
Su portavoz Jay Carney afirmó, sin citar a Pekín ni a Moscú, que algunos no deberían "apostar algo en favor de Asad, es una receta para el fracaso". Carney argumentó que el poder que ejerce sobre el país el presidente sirio es "en el mejor de los casos, muy limitado".
En tanto, el Departamento de Estado estadounidense expresó su esperanza de que Lavrov "haga comprender al régimen" del presidente Bashar al Asad, cuán "aislado" está.
El canciller francés, Alain Juppé, recibió por su parte al presidente del CNS, Burhan Ghakiun, y le expresó el "respaldo" de París.
El Secretario general de la ONU, Ban Ki-moon se sumó una vez más a las condenas contra Siria y dijo que estaba horrorizado por la intensificación de los ataques del gobierno contra la ciudad rebelde de Homs, a los que calificó de "inaceptables para la Humanidad", según su portavoz.

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