PEKÍN.- El embajador de Estados Unidos en China, Gary
Locke, ha indicado que el activista invidente chino Chen Guangcheng, que
pasó seis días refugiado en su delegación tras conseguir escapar de su
arresto domiciliario, estaba dispuesto a pasar años en la sede
diplomática, si hubiese sido necesario.
El activista defensor de los Derechos Humanos huyó el pasado 22 de
abril de su domicilio, en el que había cumplido 19 meses de arresto, y
se refugió en la sede diplomática estadounidense en Pekín. El gobernante
Partido Comunista de China exigió la salida de Chen de la legación pero
el activista decidido a no abandonar el recinto ni su país, lo que
derivó a cinco días de negociaciones con los diplomáticos
estadounidenses para buscar una solución que garantizara la seguridad
del disidente y la de su familia.
Locke ha señalado que Chen conocía las "duras opciones que tenía" y
que era consciente de que podía pasar muchos años en la Embajada
estadounidense a la espera de un acuerdo sobre su situación, "pero
estaba dispuesto a hacer eso".
"Él era plenamente consciente y hablamos
de lo que le podría pasar a su familia si él se quedaba en la Embajada y
ellos en la provincia de Shandong", ha agregado.
Asimismo, Locke ha resaltado que Chen dejó "muy, muy claro desde
el principio que quería quedarse en China, que quería ser parte de la
lucha por mejorar los Derechos Humanos en China".
Además, ha explicado parte de las negociaciones con el Gobierno
chino, al que los diplomáticos estadounidenses pidieron ciertas
garantías solicitadas por Chen. Pekín accedió a reunir a Chen con sus
familiares, quienes fueron trasladados a la capital del país a bordo de
un tren de alta velocidad. Chen habló por teléfono dos veces con su
esposa, quien, según la versión de Locke, le "rogó" que llegara a un
acuerdo con las autoridades, saliera de la Embajada estadounidense y se
reuniera con ella en un hospital cercano, donde recibiría tratamiento
médico.
"Entonces le preguntamos qué quería hacer, si quería salir. Y
esperamos varios minutos y de repente se levantó de un salto, muy
emocionado, muy ansioso y dijo: 'Vamos'", ha señalado el embajador.
Posteriormente, Chen habló por teléfono con la secretaria de
Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, y con un periodista
occidental antes de llegar al hospital.
Chen abandonó el miércoles la sede diplomática en el marco de un
acuerdo alcanzado por Pekín y Washington para quedarse en China con su
familia en mejores condiciones. Tras abandonar la Embajada, fue
trasladado a un hospital de Pekín, escoltado por funcionarios
estadounidenses.
El disidente, invidente desde su nacimiento, ha explicado que ha
cambiado de opinión y que, a pesar de lo acordado por Pekín y
Washington, desea abandonar China y viajar hacia Estados Unidos con su
familia porque considera que sus derechos y su seguridad no están
garantizados en el país asiático.
Chen fue puesto en arresto domiciliario en septiembre de 2010,
tras permanecer cuatro años en la cárcel, por denunciar prácticas
ilegales llevadas a cabo por las autoridades regionales en el marco de
la política del hijo único, como abortos forzados y un programa de
esterilizaciones.
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