viernes, 4 de mayo de 2012

El embajador de EEUU afirma que Chen estaba dispuesto "a pasar años" en la sede diplomática

PEKÍN.- El embajador de Estados Unidos en China, Gary Locke, ha indicado que el activista invidente chino Chen Guangcheng, que pasó seis días refugiado en su delegación tras conseguir escapar de su arresto domiciliario, estaba dispuesto a pasar años en la sede diplomática, si hubiese sido necesario.

   El activista defensor de los Derechos Humanos huyó el pasado 22 de abril de su domicilio, en el que había cumplido 19 meses de arresto, y se refugió en la sede diplomática estadounidense en Pekín. El gobernante Partido Comunista de China exigió la salida de Chen de la legación pero el activista decidido a no abandonar el recinto ni su país, lo que derivó a cinco días de negociaciones con los diplomáticos estadounidenses para buscar una solución que garantizara la seguridad del disidente y la de su familia.
   Locke ha señalado que Chen conocía las "duras opciones que tenía" y que era consciente de que podía pasar muchos años en la Embajada estadounidense a la espera de un acuerdo sobre su situación, "pero estaba dispuesto a hacer eso".
 "Él era plenamente consciente y hablamos de lo que le podría pasar a su familia si él se quedaba en la Embajada y ellos en la provincia de Shandong", ha agregado.
   Asimismo, Locke ha resaltado que Chen dejó "muy, muy claro desde el principio que quería quedarse en China, que quería ser parte de la lucha por mejorar los Derechos Humanos en China".
   Además, ha explicado parte de las negociaciones con el Gobierno chino, al que los diplomáticos estadounidenses pidieron ciertas garantías solicitadas por Chen. Pekín accedió a reunir a Chen con sus familiares, quienes fueron trasladados a la capital del país a bordo de un tren de alta velocidad. Chen habló por teléfono dos veces con su esposa, quien, según la versión de Locke, le "rogó" que llegara a un acuerdo con las autoridades, saliera de la Embajada estadounidense y se reuniera con ella en un hospital cercano, donde recibiría tratamiento médico.
   "Entonces le preguntamos qué quería hacer, si quería salir. Y esperamos varios minutos y de repente se levantó de un salto, muy emocionado, muy ansioso y dijo: 'Vamos'", ha señalado el embajador.
   Posteriormente, Chen habló por teléfono con la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, y con un periodista occidental antes de llegar al hospital.
   Chen abandonó el miércoles la sede diplomática en el marco de un acuerdo alcanzado por Pekín y Washington para quedarse en China con su familia en mejores condiciones. Tras abandonar la Embajada, fue trasladado a un hospital de Pekín, escoltado por funcionarios estadounidenses.
   El disidente, invidente desde su nacimiento, ha explicado que ha cambiado de opinión y que, a pesar de lo acordado por Pekín y Washington, desea abandonar China y viajar hacia Estados Unidos con su familia porque considera que sus derechos y su seguridad no están garantizados en el país asiático.
   Chen fue puesto en arresto domiciliario en septiembre de 2010, tras permanecer cuatro años en la cárcel, por denunciar prácticas ilegales llevadas a cabo por las autoridades regionales en el marco de la política del hijo único, como abortos forzados y un programa de esterilizaciones.

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