MADRID.- Los intelectuales españoles se manifiestan de diferente
manera ante la grave crisis del país y sobre su papel ante ella.
Savater, por ejemplo, cree necesario un gobierno de concentración,
Sampedro dice que hay que "dar la vuelta al barco", y García Montero,
que el pensamiento está fuera del sistema actual.
Estos intelectuales, a los que se suman el dibujante El Roto, el
filósofo Javier Gomá y los escritores Isaac Rosa y José Jiménez Lozano,
responden así a la pregunta de si los pensadores deben tener una
mayor presencia o compromiso en este momento de crisis profunda, y no
solo económica.
El escritor José Luis Sampedro, una de las voces más comprometidas
-conocido es su apoyo al movimiento 15-M-, dice que él no es quién
para decirles a los intelectuales qué deben hacer.
"Solo respondo por mí -aclara-, por mi propia actitud y mi sentido
del deber, y lo primero que me planteo es estar con la gente, y no con
quienes les estafan. Con los trabajadores, y no con los banqueros o los
políticos", precisa.
"La crisis es global, sistemática y compleja, pero se saldrá de ella,
como se sale de todas. El problema es el coste. Con las políticas
actuales, el coste es cruel para la población".
Sampedro ve que la salida pasa por la solidaridad y la unión de toda
la población, "que, unida como en una galera, dé la vuelta al barco,
aunque no quiera el patrón".
El filósofo Fernando Savater se muestra conciliador y considera que
el intelectual, por sentido cívico, debe pedir unidad y colaboración con
los partidos políticos. "En este momento, el intelectual con sentido
crítico debería alzar su voz para pedir un gobierno de concentración o
de colaboración muy estrecha, porque esto es ahora lo importante, y no
echarse a la cara reproches, o si la culpa ha sido de los de antes o de
los de ahora".
Más crítico es el filósofo y director de la Fundación Juan March,
Javier Gomá, quien dice que la historia ahora avanza más rápido que el
pensamiento y que el momento histórico demanda conceptos, ideas y
explicaciones que el mundo intelectual no le está suministrando.
"¿Y por qué? -se pregunta-, porque entre los intelectuales sigue
vigente el antiguo paradigma cultural (el de la liberación del yo),
cuando ahora lo que demanda la sociedad es el paradigma de la
emancipación (qué hacer con mi libertad).
"La crisis hace urgente una reflexión sobre la convivencia -cómo ser
libres juntos- y los intelectuales no tienen nada que decir sobre ello,
porque solo saben disertar y perorar sobre cómo ser yo mismo, ser
auténtico y vivir a mi manera, tener mi estilo de vida etcétera",
concluye Gomá.
También el dibujante Andrés Rábago "El Roto", quien con sus viñetas
en el periódico cada mañana expresa mejor que mil tratados su crítica
del momento actual, dice que es evidente que hace falta un claro
compromiso.
"Es necesario, y no solo de los intelectuales, sino de toda la
sociedad, pero ahora es mas difícil, porque hay que pensar de otra
manera -precisa-. Ni siquiera podemos pensar cómo resolver esto con los
mimbres que no están dando, tenemos que crear mimbres nuevos con los que
construir el cesto nuevo".
"Esos nuevos planteamientos tendrán que buscar nuevos cauces, porque
los existentes están al servicio de lo existente, y tampoco creo que
tenga que ser por internet, porque también está al servicio del sistema.
Estamos en un buen lío", añade.
Muy contundente se muestra Luis García Montero, quien considera que
hay muy buenos intelectuales pensando en este país, desde la historia,
la economía, el humanismo o la política, y que están en la Universidad.
"No han desaparecido. Ese es un debate que generan los medios de
comunicación al servicio de los poderes financiados, a los que solo les
interesa el protagonismo de los intelectuales que reproduzcan el sistema
actual", rebate.
"Hay muchos intelectuales en contra de este sistema que están
haciendo un buen trabajo, pero sin protagonismo mediático. A todo el que
opine contra este modelo se le define como antisistema. Defender los
valores democráticos es antisistema. Hoy el mayor perro flauta es la
Constitución de 1978", señala.
Isaac Rosa va más allá y dice que "la clase cultural dominante no es
capaz de salir de la irrelevancia política en que ha vivido durante
treinta años, y se ve desbordada por una crisis de régimen que puede
barrerlo todo, incluida ella misma. El silencio de la cultura más
institucionalizada hoy es escandaloso".
Por contra, el premio Cervantes José Jiménez Lozano no cree que los
intelectuales tengan que tener un especial protagonismo en estos
momentos. En su opinión, desde hace tiempo se manipula y se hace
ininteligible el lenguaje para desplazar la realidad y sustituirla. "Hoy
vivimos en un mundo anómico y nihilista", concluye.
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