MADRID.- El padre Ángel se acerca a los poderosos porque su ONG Mensajeros de la Paz
trabaja desde hace medio siglo como un imprescindible vaso comunicante
entre quienes manejan los recursos y quienes los necesitan, con enorme
eficiencia y dúctil capacidad de adaptación a las circunstancias. Su
despacho, parcialmente reconvertido en comedor infantil para atender a
críos del barrio (zona Cascorro, en el corazón de Madrid), está forrado
de fotografías que le muestran, más o menos encanecido, junto a Papas,
presidentes del Gobierno o miembros de la Familia Real.Lo entrevista 'Abc', de Madrid.
-Al
venir me he topado con una enorme cola en un comedor social. ¿Tenemos
conciencia real de la situación? ¿La tienen los políticos?
-Estamos
en una situación muy delicada en la que es cierto que hay que poner
pies en tierra. Porque igual que antes se criticaba mucho a los
políticos que no querían pronunciar la palabra crisis, ahora no oigo a
nadie, ni en el Congreso ni en los parlamentos autonómicos, hablar de
hambre en España, cuando es una realidad que ha llegado ya a los niños,
algo que en las últimas décadas nunca había sucedido. Hoy hay cientos de
miles de personas en nuestro país que están pasando hambre, que sólo
comen una vez al día. Aunque fueran trescientos, ya sería para echarse a
temblar, pero es que son muchísimos más...
-Y no necesariamente de sectores sociales marginales.
-En
el mismo barrio de Salamanca estamos pensando en montar un comedor
porque ya están pasando hambre los de la clase media alta. Hay personas
con título que no comen. Y por eso también aquí, en la plaza Vara de
Rey, hemos quitado oficinas, mesas y ordenadores para habilitarlas como
comedor. Lo hemos hecho después de comprobar que aquí, en pleno centro,
había niños de tres a once años que se iban a la cama muchas veces sin
merendar o sin cenar.
-¿Cabe que las cosas vayan aún a peor, en lo referido a primeras necesidades?
-Un
crío me conmovió el otro día, en este mismo comedor. Vi cómo se
guardaba un trozo de pan y una salchicha y, cuando le pregunté qué
hacía, me dijo que era para su abuelo, que no había comido nada en todo
el día. Me pregunto qué va a pasar en septiembre y octubre cuando
empiecen los colegios y (ojalá no ocurra) desaparezcan becas de comedor
escolar. Porque hasta ahora los niños comen a mediodía en los colegios.
Siempre criticamos a los políticos y a los organismos públicos, pero en
España ha habido verdadero bienestar social ¡Pero el día que
quiten eso no sé lo que puede ocurrir!
-¿Cuánto le debe el Estado a la Iglesia en el territorio de la solidaridad?
-Sobre
el papel de la Iglesia se crean cortinas de humo como el del IBI. ¡Si
eso es lo de menos, como plantearse si paga la luz o el teléfono! La
Iglesia, aunque pague el IBI, el teléfono y la luz, va a seguir ayudando
a la gente. Que no se preocupen ni tengan miedo, seguirá dando de
comer. La Iglesia ha sido siempre pionera en ayuda. ¿Que cuánto le debe
el Estado? Pues mucho, pero también le debe la Iglesia al Estado. Yo no
estoy de acuerdo cuando se dice que la Iglesia está perseguida en
España. No es verdad que haya malas relaciones entre la Iglesia y el
Estado. ¡Si nada más nos hace falta besarnos!
-Ha tenido que cambiar el chip y reforzar su labor dentro de España.
-Sí.
Cuando ocurrió el terremoto de Haití nos centramos allí y la gente se
volcó, pero hace poco más de un año, alguien nos hizo reflexionar. Y,
sin olvidarnos de Haití ni de nuestro trabajo en otros países, hemos
empezado a montar estos comedores y hemos puesto en marcha un proyecto
que es una preciosidad, el Banco Solidario.
¡Eso sí, es un Banco peculiar y sin primas de riesgo! No es trueque.
Consiste en «coge lo que necesitas, y deja lo que puedas». Y nos ha
desbordado. Entran peticiones a mansalva, pero hay aún más donaciones de
ropa, de objetos, de alimentos... Yo sabía que nos iba a desbordar,
porque tengo mucha fe. El hombre no es un lobo para el hombre. Es bueno
por naturaleza.
-Se mueve usted bien (siempre lo ha hecho) en los círculos del poder.
-Alguien
decía que hay que quitarles algo a los ricos para dárselo a los pobres,
y yo digo: no hay que quitárselo, hay que pedírselo. Y si no te lo dan,
ya se lo quitarán otros. Si en España empiezan a acabarse los ricos,
malo. Pero te puedo decir que yo no me he encontrado a nadie que me haya
dicho que no, sean de un partido o de otro.
-A veces le han acusado de banderías.
-Han
intentado significarme. Si estaba con Ana Botella era del PP, si con
Felipe o con Zapatero, del PSOE. Y no es verdad. Si fuera verdad lo
diría, no tendría ningún problema sobre eso. No estoy afiliado a ningún
partido. o, mejor, soy solo de uno, que es el de la Iglesia, aunque a
veces me haya llevado algún coscorrón por esta frase. Pero ya dijo el
cardenal Amigo lo que es la verdadera política: el noble oficio de
trabajar por los demás.
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