MADRID.- En todas las familias hay una oveja negra,
ese miembro de la prole que se prefiere esconder y del que muy pocos se
atreven a hablar. También en la del expresidente del gobierno José María Aznar. Vanitatis ha podido saber que Aránzazu, la sobrina díscola del político y Ana Botella, ha decidido posar desnuda para Interviú
(la portada se publicará este lunes) y narrar la experiencia de
pertenecer al clan de los Aznar, aunque según ella misma asegura en la
entrevista, en su caso el apellido no le ha servido para mucho.
‘Aran’, que es como le llaman coloquialmente quienes la conocen, es hija de Elvira, hermana pequeña del expresidente,
tiene 38 años y su biografía no comulga con las convicciones
tradicionales y conservadoras de sus tíos o sus primos, de ahí que no
haya tenido ningún pudor en mostrar su cuerpo en un reportaje con altas
dosis de erotismo.
Mientras su
primo, José María Aznar Jr., estudiaba Dirección y Administración de
Empresas, Aran se quedaba embarazada y elegía el mundo de la noche,
donde es conocida por haber trabajado en varios locales de moda como relaciones públicas. Si su prima Ana se codea junto a su marido, Alejandro Agag, con la beautiful people y es fotografiada junto al millonario Flavio Briatore, Aran es de las que prefiere reunirse con los grandes hermanos de Telecinco, que frecuentan los locales en los que trabaja, donde se fotografían junto a ella, sin saber que es sobrina de quien es.
A pesar de tener unos rasgos físicos parecidos a los del Sr. Aznar, su tipo de vida se aleja mucho de la del político. Sobre su tía, deja entrever que su carácter es mucho más duro y menos entrañable que el de José María.
La última vez que Aran se reunió con los Aznar-Botella fue las pasadas Navidades.
Quizá por no querer empañar la festividad, la sobrina díscola decidió
entonces no informales sobre sus planes futuros, entre los que se
encontraba no sólo enseñar su cuerpo en unas fotografías, sino desnudar su alma en una entrevista.
Tan desapercibida ha pasado su vida de cara a la opinión pública, que el pasado miércoles acudía junto a su abuela materna, madre de José María, que la ha criado, a la entrega de la Medalla de Oro
que la Academia de las Artes y las Ciencias Radiofónicas de España
otorgaba a su abuelo, Don Manuel Aznar, a título póstumo, y nadie reparó
en ella. Algo que cambiará a partir del próximo lunes, cuando todo el
mundo pueda contemplar el cuerpo desnudo de la sobrina más rebelde de
José María Aznar.
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