MADRID.- El expresidente del Gobierno Felipe González
pronostica que, tal y como evoluciona la crisis económica, España "habrá
tocado fondo dentro un año", pero alerta de que "el sufrimiento en el
fondo, lleno de fango, será enorme". Según González, España ha optado
por el "camino peor, más largo y más penoso" para salir de la crisis y,
aunque cree que se terminará por salir, "desgraciadamente, va a ser
mucho más tarde y con mucho más sufrimiento y coste social de lo
necesario".
"Vamos a tardar en salir si no reaccionamos", ha avisado durante
un coloquio con el expresidente del Banco Central Europeo Jean Claude
Trichet organizado por el Instituto Francés de Madrid, en el que ambos
han analizado la coyuntura económica y política de la Unión Europea.
En este contexto, González se ha mostrado rotundo al afirmar que
"Europa en general y en España en particular" no pueden "aguantar" con
las actuales tasas de paro. "Quien va por el 25 por ciento de desempleo
no puede crecer y si no puede crecer, no puede pagar", ha afirmado,
incidiendo en que lo que era un "problema de deuda" se está
transformando en un "problema de solvencia".
Desde su punto de vista, aun en el caso de que "España lo haga
bien como país" lo que, según dice, "está en cuestión", sólo podría
resolver por sí misma el 20 o el 25 por ciento del problema, ya que el
75 por ciento restante estaría en manos de la Unión Europea.
Tal como van las cosas, González cree que no se puede ser muy
optimista porque "no hay una sola política europea que sea anticíclica" y
se ha apostado por "la austeridad hasta la muerte". En este punto, ha
mencionado el plan de empleo juvenil que ha incluido en los Presupuestos
comunitarios recién aprobados por el Consejo Europeo y que, a su
juicio, "no da para nada porque no es serio".
Según su análisis, las autoridades comunitarias están "capeando el
temporal llegando siempre tarde" como unos bomberos que aparece con las
mangueras cuando ya han ardido millones de hectáreas. En el símil que
ha utilizado, ese terreno es el Estado de Bienestar y los elementos de
cohesión social en los que se sustenta. A su juicio, ahora todo eso está
"en entredicho", por eso, una vez que se toque fondo, no va a quedar
más remedio que "arrastrarse por él".
Con este panorama, ha vuelto a defender la necesidad de que se
haga "más Europea" y de que se avance hacia la "federalización política y
económica" de la Unión, una idea en la que coincide con Trichet. La
cesión de soberanía para compartirla a nivel europeo es, en su opinión,
la "única solución" si Europa no quiere perder relevancia mundial con la
globalización.
Y, en ese esquema, el Parlamento Europeo ha de tener un papel
crucial para, entre otras cosas, elegir a las autoridades que
"gobiernen" Europa, en concreto, a los presidentes del Consejo y la
Comisión.
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