MADRID.- La secretaria general del PP, María Dolores
de Cospedal, ha asegurado este martes que en los "momentos difíciles"
hace falta la "política con mayúsculas" y ha pedido "no echar por
tierra" la democracia representativa que hay en España, ya que, según ha
dicho, eso puede derivar en "sistemas populistas" que pueden ser "muy
peligrosos" a largo plazo. A su entender, cuando desaparece la política
solo hay dos posibilidades: el "populismo" o "los generales".
Así se ha pronunciado Cospedal durante su participación en la mesa
redonda 'Pensando en el más allá. ¿Qué le espera a la España del
futuro?' que ha organizado el semanario 'The Economist', en la que ha
compartido mesa con el secretario de Estado de Comercio, Jaime
García-Legaz; Diego del Alcazar, del IE Business School; y Ángel
Pascual-Ramsey, de ESADE.
Esta misma mañana el jefe del
Ejecutivo, Mariano Rajoy, también ha intervenido en estas jornadas y ha
lanzando un mensaje similar, ya que ha defendido el sistema actual que,
con sus ventajas e inconvenientes, permite no contar con "partidos
estrafalarios" como ocurre en otros países.
La 'número dos' del PP ha afirmado rotunda que en este momento los
políticos tienen "una gran responsabilidad" y ha añadido que si empiezan
a "mirar sin cristales de colores lo que hay que hacer en España", con
la "ayuda de los ciudadanos", se le puede "poner solución de verdad".
"Cuando la política desaparece, que es trabajar por lo que es de todos,
solo hay dos posibilidades: o aparece el populismo o aparecen los
generales, con todo el cariño", ha advertido.
Abundando en este
argumento, ha insistido en que España está "atravesando momentos muy
complicados" y no es "momento de echar más gasolina" sino de "afrontar
la situación". En este sentido, ha lamentado que en este momento "tirar"
contra el político sea "un deporte muy entretenido para muchos".
"En
vez del tiro al pichón está muy de moda el tiro al político", ha
lamentado.
Dicho esto, ha señalado que el Ejecutivo de Mariano
Rajoy está haciendo "cosas para que se mueva la situación" y ha avisado
de que "caer en el éxtasis depresivo es un disparate" porque en ese caso
no se sale "nunca" de la depresión. "Hay que salir porque hay muchas
cosas que se pueden hacer y ése es el papel de la política --ha
enfatizado--. En los momentos políticos difíciles como decía Ciceron es
cuando se ve el quilate de los gobernantes".
Cospedal ha
presumido de la estabilidad política con la que cuenta el Ejecutivo del
PP para sacar adelante el país. "Como demos al traste y nos carguemos
lo que nos ha costado tanto construir, vamos a tener un problema", ha
enfatizado, para poner a Italia como ejemplo de lo que puede ocurrir,
donde hay un "gobernante que no ha votado el pueblo".
Cospedal ha asegurado que en este momento político de "zozobra" haya
"muchas personas" que hablan de "cambio" de la Constitución y del modelo
de Estado. "De esto se está hablando mucho últimamente y tampoco
arregla nada", ha manifestado, en alusión a la deriva soberanista
abierta por el gobierno de Artur Mas.
Igualmente, ha añadido
que tampoco cambia nada que las comunidades devuelvan competencias si
no las devuelvan saneadas porque en ese caso, ha proseguido, se
multiplica al Estado el problema por 17. En este escenario, ha
explicado que lo que hay que hacer es una "concienciación absoluta" de
todos los gobiernos y de la ciudadanía de que hay que tener un país que
sea capaz de "sostenerse a sí mismo".
En este punto, ha reiterado que los políticos pueden hacer "muchas
cosas", en especial los que están gobernando. "Seríamos capaces de hacer
muchas más si fuéramos capaces de tener grandes pactos de Estado acerca
de lo que tiene que ser nuestro país y yo creo que eso es lo que en
este momentos nos hace falta", ha indicado.
Así, ha
reivindicado los pactos de Estado con el primer partido de la oposición
en materias como la reforma de las administraciones públicas, la reforma
del Poder Judicial o la educación, sacando así estos temas de la
"confrontación política". A su entender, la situación actual no pasa por
llevar a cabo una revisión constitucional sino por "un pacto entre los
dos grandes partidos que pueden gobernar España".
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