CARACAS.- Los restos mortales de Hugo Chávez, el hombre que
transformó Venezuela con una cruzada socialista que desató amores y
odios durante 14 años, fueron despedidos hoy viernes por decenas de
líderes que desfilaron ante un ataúd cubierto con la bandera nacional y
coronado con una réplica de la espada de Simón Bolívar.
En una sentida ceremonia donde músicos llaneros
entonaron las canciones tradicionales favoritas del mandatario y una
sinfónica encabezada por el afamado director Gustavo Dudamel tocó el
himno nacional, Venezuela cerró un ciclo de su historia.
Pocas horas después, su delfín y heredero político, el
vicepresidente Nicolás Maduro, juró en la Asamblea Nacional como
presidente encargado y pidió al organismo electoral que convocara de
inmediato unos comicios en los que él competirá para seguir con la
revolución que legó el fallecido líder.
Más de 30 jefes de estado asistieron al funeral, de
todo el espectro ideológico y de diversas latitudes, y se codearon con
deportistas y actores como el estadounidense ganador del Oscar, Sean
Penn, un cercano amigo del desaparecido líder.
En primera fila estuvieron sus viejos aliados, el
presidente comunista cubano Raúl Castro, el bielorruso Alexander
Lukashenko y el líder iraní Mahmoud Ahmadinejad, que recibió una ovación
antes de romper el protocolo para saludarlo con una palmada y un beso
en el ataúd.
"Su alma y su espíritu eran tan fuertes que ya su
cuerpo no lo aguantó", dijo Maduro durante la ceremonia en la que la voz
se le quebró y estuvo al borde del llanto.
Alrededor del féretro también se formaron en guardia de
honor desde el presidente chileno Sebastián Piñera hasta el príncipe español
Felipe de Borbón, pasando por los mandatarios mexicano Enrique Peña Nieto y
colombiano Juan Manuel Santos.
"Usted puede ir en paz", dijo Maduro frente a los
restos del hombre que pasará a la historia como uno de los líderes
populistas más controvertidos y coloridos del mundo. "Comandante
presidente, misión cumplida", enfatizó.
Chávez fue despedido por una misa que contó con
palabras de un sacerdote católico y del reverendo protestante
estadounidense Jesse Jackson, después de que Ahmadinejad desatara la
polémica en su país al decir en su sitio web personal que el presidente
venezolano resucitará como Jesucristo.
Cientos de miles de venezolanos de a pie se formaban en
un día de asueto, muchos agotados por la espera de más de un día bajo
un calor abrasador, para también participar en el funeral oficial de
Chávez. Algunos llevaban flores en sus manos.
Los asistentes fueron recibidos con folletos con la
foto de Chávez que reproducían una cita del mandatario durante su última
aparición televisiva: "Elijan a Nicolás Maduro como presidente".
Maduro asumió las riendas del país petrolero durante la
agonía del mandatario y el viernes, tras jurar como presidente
encargado, designó al ministro de Ciencia y Tecnología y yerno de
Chávez, Jorge Arreada, como vicepresidente del país.
Aunque Chávez se ganó el aprecio de millones con
programas sociales alimentados por la renta petrolera, también se
granjeó la antipatía de otros tantos con su discurso "antiimperialista" y
sus políticas estatistas en una Venezuela azotada por la alta inflación
y la creciente inseguridad.
El ministro de Energía y presidente de la estatal
PDVSA, Rafael Ramírez, aseguró el viernes que la política
petrolera del país que fue determinada por Chávez se mantendrá tanto en
lo interno como en lo externo bajo el liderazgo de Maduro.
"Las mismas condiciones prevalecerán para los socios
extranjeros. Mientras aquí siga nuestro Gobierno y siga mandando el
pueblo, nuestra política petrolera permanecerá invariable", dijo.
En tanto, la agencia calificadora Fitch mantuvo su
panorama negativo a la nota "B+" de Venezuela, para reflejar la
debilidad del marco político.
"Debido a la magnitud de la transición política que se
avecina, la incertidumbre sobre las políticas y el futuro continuarán
representando un factor clave de influencia sobre el desempeño de la
economía de Venezuela", dijo Fitch en un comunicado.
La investidura de Maduro, un ex conductor de autobús de
50 años y sindicalista que llegó a ser canciller antes de
vicepresidente, fue una formalidad.
"Juro a nombre de la lealtad más absoluta al comandante
Hugo Chávez que cumpliremos y haremos cumplir esta Constitución
bolivariana con la mano dura de un pueblo dispuesto a ser libre", dijo
Maduro con la mano alzada frente a un ejemplar de la carta magna antes
de recibir la banda presidencial de manos del jefe de la Asamblea
Nacional, Diosdado Cabello.
La toma oficial del poder fue criticada por el opositor
Henrique Capriles, quien perdió contra Chávez en unos comicios en
octubre.
Capriles calificó la juramentación de fraude,
argumentando que según la Constitución la falta absoluta del fallecido
presidente debe ser cubierta por el jefe de la Asamblea Nacional.
"Esa juramentación que se va a hacer ahora en las
condiciones que la están planteando, esa es una juramentación espuria
completamente. A Nicolás nadie lo eligió presidente", dijo en rueda de
prensa antes del acto de juramento de Maduro.
También cuestionó una resolución del Tribunal Supremo
de Justicia (TSJ) que estableció que Maduro no necesita renunciar como
presidente encargado para ser candidato.
El Consejo Nacional Electoral se reunirá el sábado y anunciará la fecha de las elecciones presidenciales.
La Constitución venezolana establece que los comicios
deben ser celebrados 30 días después de que tenga lugar la "ausencia
absoluta" del presidente.
Una encuesta nacional de la reputada firma Datanálisis
con una muestra recogida hasta el 20 de febrero, antes de la muerte de
Chávez, midió las preferencias de los venezolanos ante una eventual
elección.
Maduro obtuvo una ventaja de 12 puntos en la intención
de voto sobre Capriles, el gobernador que sería postulado por la
coalición opositora, según una fuente que prefirió el anonimato por no
estar autorizada para revelar los datos.
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